LA BOLSA AL AIRE
Sin duda podría haber elegido de mi sesera algún titular más “rompedor”, más escandaloso, pero no quiero que la posteridad, si es que hay posteridad, me recuerde, si me recuerda, como un periodista que busca el titular llamativo y fácil; lo que es , por cierto difícil y cada día se parece más a un anuncio.
¿Ejemplo? Pongamos que hablo del famoso “día sin bañador” y pongamos que en la zona “nacional” de Madriz, digamos la Calle Serrano, hubiese al acaso una piscina pública.
“Los de Serrano en bolas” titulo llamativo o “En pelota picada al sol de Serrano”. No sé. No queda elegante.
Con el que he puesto no digo nada y puede ser interpretado con ese asunto, que explicamos en las Facultad, en torno a la connotación dichosa. No es literalmente lo que se lee, sino lo que se deduce, aunque cada uno deduce lo suyo.
Si a propósito del “día sin bañador” los de Vallecas han expresado su sutil rechazo, por considerar que los habitantes del castizo barrio no dan el perfil, me pregunto: en el supuesto de la existencia improbable de piscina pública en la calle Serrano o aledaños.
¿ Si “las bolsas escrotales”, en sí mismas, son más elegantes en el caso de los “pijos”?
¿Son de colores rojo y gualda frente a las rojas obreristas de la zona industrial?
Imaginemos, hace calor e imaginar no hace sudar, que se descubriera cierta igualdad musculocoloreada en ambas zonas. Yo me pregunto en un segundo escalón que tiene en cuenta la salud misma.
¿Quién me garantiza que Borja no tiene ladillas?
¿ Habrá algún inspecteur, vestido de Armani, comprobando, en plan silla gestatoria, que “el pijo” se la ha torcado(limpiado) con un confeti?
¿Y en el otro lado un, o una, partisana hará lo mismo?
La cosa ya no va de moral de vieja casta. El tema es la salud que es lo que creo que solo llega a ser individual en un mundo que lo proyecta todo en forma de selfie.
Si quiero ver al personal en cueros o semicueros morboso no me voy a Madriz, con ir a la Malva tengo bastante, con permiso de los canes y su santas señas de identidad, que no hay distinción de género ahí, al borde de donde rompen las olitas o sea en la orilla.
Que se vayan todos juntos a Pinedo y que los aten a las estacas que no usa nadie. Mi abuela diría “es que no tiene número Carlitos” y yo la contestaría. “Abuela, son unos guarros”.