LA ESTAFA
Hay muchos tipos que recurren al método de estafar a otros para así medrar en la vida y algunos lo consiguen…durante algún tiempo.
Vivimos un auge del estafador y aquí estafan hasta los más supuestos acreditados profesionales y no me refiero solo a quienes apoyados por una credencial bancaria, por ejemplo, caen como buitres sobre la buena fe de quienes desean sacar a sus ahorros algo más que nada. Comprar duros a cuatro pesetas.
Dejo al margen a los políticos que estafan ideológicamente; esos además de estar aforados, dejan pocas pruebas materiales que sirvan para llevarlos ante un juez, salvo cuando el rastro de la corrupción delata olor a dinero robado.
De la escala de supuestas víctimas las hay que por su edad son fáciles de convencer, apelando a la seguridad, al contacto afectuoso personal y así en un descuido caen victimas del estafador acreditado con licencia.
La salud es el gran tema. Nadie quiere estar enfermo y si la enfermedad tiene el diabólico nombre de cáncer, el enfermo sabe que ha empezado el camino de su aniquilación orgánica.
Cuando se agotan las vías “normales” de consulta y tratamiento, el enfermo y sus allegados llegan a cualquier cosa con la esperanza de que aquello funcione.
Desde practicas mágicas a la toma de productos supuestamente casi milagrosos.
Los dos profesores de la Universidad de las Islas Baleare Pablo Escribá y Xavier Busquets – amparados en su status, un día decidieron ganar más y pensaron en el concepto extendido de una Fundación que parece menos sospechosa que una empresa- se inventaron un producto y usaron las instalaciones de la Universidad, dicen, para dar a la Fundación y al producto, visos de autenticidad homologada.
Se dice que alteraban algunas pruebas para demostrar que el producto avanzaba en el proceso de curación y la rueda seguía dando vueltas dejando en el camino euros para los estafadores.
Entre los estafados me llama la atención esa familia que realiza un esfuerzo hasta conseguir 25.000 euros y así contribuir a la curación de su hija.
La ceguera de los estafadores es tal, o la ambición desmedida, que tras su pantalla de investigación publicitan el producto. Y con fianza en su casa ahora. Otra estafa. Y seguimos.