LA MANIFESTACIÓN

         Hace unos días me hice eco, mediante esta columna y bajo el orientativo titular de “Micción Imposible”,  de lo mal que estaban unos servicios en un Colegio  Siguen igual porque esta columna no es la purga de Benito., desgraciadamente. Hay que agitar para que algunas cosas se muevan. ¿No?   

         Hace unas horas me llega, de un grupo de lectores, un manifiesto reivindicativo acerca de la necesidad de mayor y mejor atención pública a los enfermos mentales; pensado y asumido por la Plataforma de Salud Mental de la Comunidad Valenciana.

         Nos convocan a los ciudadanos a acompañarles el día 20 en el  lugar que ha acogido a miles de fieles de la Virgen de los Desamparados. ¿Simbólico el sitio, no?

         ¿Quien está más desamparado que aquel que sufre desorientación, manías, patologías graves asociadas a la enfermedad mental?

         Hasta el Sindic de Greus ha hecho llegar a Les Corts su denuncia, creo que hasta su desconcierto implícito.

         Estas horas han sido para contemplar cómo se baja hasta el 3% la barrera de representación parlamentaria y así dar cabidas a más líneas de pensamiento y defenderlo allí donde se debe hacer. ¿Dónde? En Les Corts.

         Ellos ahora, los de  la Plataforma de Salud Mental de la Comunidad Valenciana.como otra posibilidad, han optado, un año más, por la calle.

         ¿Que hacemos con quienes no tienen ese pensamiento?    Están enfermos y somos nosotros los que damos noticia de ello y… los abandonan, les prometen y se escudan en la falta de presupuesto. ! Manda huevos el asunto!

          He leído, y comparto  con dolor, la denuncia del Sindic de Greus  sobre la situación inhumana e inaguantable que sufren los enfermos que en demasiadas ocasiones son material y causa de negocios.

          Negocios que están cerca de nosotros, al lado nuestro, en la finca de enfrente, en la calle de al lado.

         Convertir algunos centros en espacios de aparcamiento, olvidados los procesos terapéuticos tendentes a mejorar el estado y la calidad de vida de los nuestros, es olvidarse de nuestra ética, dejar la moral a un lado y tratar a estos enfermos como estigmatizados por su dolencia para siempre.

         Esta `proximidad es inquietante y tendemos a olvidarla, proyectando nuestra solidaridad, ayuda y comprensión en el espacio y tiempo.

          Por ejemplo en Sudán del Sur. Hay titulares que estremecen “Matadlos y quemadlo todo” dicen los guerrilleros y algunos de los condenados escapan y vagan por tierras de África y otros, tras una fatiga y coste individual excesivo, pueden legara a ver el mar y allí mueren tragados por el agua.

         Hacemos reportajes, enseñamos fotos, vemos niños cuyos ojos nos atrapan de vergüenza y a veces reaccionamos siendo solidarios.

         El sábado 20 a las 6 de la tarde y en sitio de los Desamparados, en la Plaza de la Virgen, podemos aterrizar aquí.      Oír las palabras, ver las caras, sentir la desesperación por la falta de recursos y clamar en la calle…si es que esto sirviera de algo, como en ocasiones ocurre. Yo estaré. Ven conmigo