YO NO SÉ NADA. NADIE ME INFORMABA
La técnica de echar balones fuera para evadirse del partido no sé si es eficaz, pero si sé que sirve para retrasar el procedimiento y hacer perder el tiempo, al contrario, en este caso al que te acusa.
Me refiero al expresidente Francisco Camps.
Con ocasión del asunto Formula I hay un video, entresacado de su comparecencia judicial, en el que afirma no saber nada, señala que no era informado de las decisiones tomadas en Valmor, por ser esta una empresa privada.
Lanza acusaciones veladas o no tanto a Camps Gerardo, Rambla y Reyero y pone en solfa las declaraciones judiciales del Sr. Olivas que a la sazón era presidente de Bancaja. Un interesante duelo entre expresidentes.
Nosotros en plan “pan y circo” y a la Luna de Valencia.
Eso de no saber nada, de enterarse, se ve, por los pasillos de como van los asuntos es moneda común en los encausados, bien por el caso de Formula I, por el caso de la CAM o por la extendida practica en el PP de distribución de “sobres” conteniendo algunos dineros.
Más atrás en el tiempo otro tanto con el PSOE.
Puede haber documentos gráficos de lo que bien que se llevaba el Sr. Camps con el Sr. Eclestone, capo de la Formula I y sus entresijos, del cómo se paseaba ufano a bordo de un espléndido coche deportivo acompañado de otras autoridades municipales del momento y al mismo tiempo negar casi que conociera al “jefe” de la Formula I mundial. Es curioso.
¿Qué presidente es ese que no sabe, ni se entera de nada? Puede ser. ¿Como es posible elegir a un dirigente que ni está, ni sabe y que ahora solo entiende de desviar la culpa a otros bajo su mando en su día?
¿Cómo no darnos cuenta de su bisoñez, negligencia o incapacidad?
No es el único caso de desvío de memoria. Se ve que el poder borra la huella de la memoria.
Resulta que el Sr. Álvaro de la Puerta, en su día factótum de los dineros del PP, lo sabía todo, se cae en un mal momento, cuando se sospechaba que en un arrebato de sinceridad final iba a “cantar”, y se nos queda en coma y eso es “milagroso” ,de tal suerte que era él el que lo manejaba todo y nadie se enteraba de nada.
Un muerto, un tonto que estaba allí sin saber nada o que hacía allí, encuentra en ese argumento una salida para intentar librarse de culpa.
Cuando pones negro sobre blanco estas consideraciones, surgen el listo o lista que declara solemnemente que eso pertenece al pasado y que ya no pertenecen a ese u otro partido. Y nosotros seguimos chupándonos el dedo.
¿Habrá sido siempre así? Puede que si y por eso tenemos fama, digo yo, de meninfots o en español antiguo o castellano antiguo, a elegir, “se nos importa una higa todo”. ¿Hasta cuándo?
Ya sé que ahora toca hablar del nuevo Gobierno…pero.