EL CONGRESO DEL PP
Ha llegado el momento de la verdad popular. El partido político, significado en su esencia más íntima por su uso del dedo índice como señalador de sucesiones, se enfrenta por primera vez a si mismo como un espacio de corte asociativo, donde los más eligen uno y luego ya se verá. En estas horas previas a la gran batalla se libran escaramuzas y no se velan las armas a la espera de que amanezca el día como hacía el Quijote en la Venta. En estas horas los encuentros se suceden y se respiran ambientes de polivalencia variable. La palabra la tienen los compromisarios que han sido elegidos en cada provincia. En la búsqueda del significado correcto extraigo 3 acepciones 1.Se dice de la persona en quien delegan otras para que realice o resuelva algo. 2 .Representante de los electores primarios para votar en las elecciones de segundo grado. 3 .Persona imparcial que media en un conflicto. Lo hago para interpretar. En la primera se dice que deben resolver. ¿El qué? Más allá del quién, está el qué. Aznar, el no invitado por error a ese Congreso urgente, hace pública la necesidad de refundar el centro derecha. ¿Otra vez? Quizás lo que conviene es una ducha ética que se suele dar en la conciencia y redefinir el concepto de servidor público y no de “servirse de lo público”. En estas elecciones de segundo grado (segunda acepción) muchos asistentes se han planteado si votan a Soraya y así se aseguran la continuidad y otros ven en Casado a una sombra de Aznar y temen perder su “status”, porque un día se alejaron del hombre del bigote siempre perdonándote la vida. Ni olvida, ni perdona. La tercera acepción es la más compleja, porque supone una carga de objetividad, de difícil sustento cuando vives o sobrevives en el magma de la política activa. Para el ejercicio de la objetividad cabría disponer de tantos más datos mejor, relacionados con el “virtual” programa de acción, lo que se podría conocer como programa electoral y tratar de averiguar si lo que se dice se cumplirá. La desaparición momentánea y estudiada del Sr. Feijo, prohombre que está en su reserva a verlas venir, favorece a Casado o no. Veremos