LA ESPERA PARA LEER LA TESIS DEL PRESIDENTE
No hay que esperar. Esta mañana cuando escribía esto no se podía leer. Ahora sí. La cosa cambia en horas.
Mantengo el espíritu del texto que dice así:
He leído con asombro que los populares valencianos esperan a que la Ley de Transparencia les permita leer la tesis del Sr. Sánchez, a la sazón presidente del Gobierno de España
Un presidente de aliño democrático, gracias a un pespunteado que para sí quisieran las mejores costureras, ha cosido diferentes telas con hilos desconocidos, aunque si adivinados. Vamos viendo las orejitas al lobo de las promesas.
Un referéndum por aquí, unos millones por allá, unas concesiones.
Es el precio del poder efímero, el poder del peaje. Su alineación ministerial dio mucho que hablar, porque sobre el papel todos eran esplendidos ejemplos de carreras brillantes, según el papel.
Un papel que al levantarse ha empezado a amarillear en cuanto recibe el aire de la investigación más seria, por mucho que se diga o se defienda.
Algunos tienen el demonio de la prevaricación instalado en el alma. Habría que pedirles cuentas también y exhumar sus papeles, en honor de los jóvenes que heredarán esta tierra. Memoria prehistórica.
Quieren leerla, lo que me parece un suceso extraordinario en si mismo dado el bajo nivel de lectura que, dicen las estadísticas, que tenemos los españoles y los valencianos en particular.
Muy aficionados a leer, eso sí, los recibos de la luz, de las compañías telefónicas etc. Aquí somos más proclives a mirar. Estar “a la pasa” y a esperar.
¿Quién será el próximo en caer victima de su vanidad?
Si como dice el refrán no hay dos sin tres, las apuestas podrían estar en ver quién caerá primero. En saber si es que si, o es que no, en este enojoso asunto que ha tomado dimensiones estatales.
Ya no se trata de saber si ha hecho o no la tesis, que también, o si se ha procurado un negro que se prestaría, si fuese el caso, para hacer méritos, para que no lo tirasen y que incluso hiciera méritos para escalar en la resbaladiza escalera del poder. Luego el “listo” a casa con “cum laude”. Muy fuerte., Impecable. Ladronzuelos. Ladrones de fe y futuro
El solo hecho de tener a dos figuras caídas añade morbo y quita ilusiones a quienes están en ese trance universitario. No hay que esperar. A casa.