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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

SALGO DE LA MINA Y BUSCO RASTROS

SALGO DE LA MINA Y BUSCO RASTROS

Esto puede parecer una novelilla por entregas-uso aquí el diminutivo casi sin importancia por el asunto de la extensión, que no por la calidad de lo que se cuenta… supongo.

En la última entrega había salido de la mina ”Ya se verá” de Escucha( así es el nombre de la mina visitada-) y el calor en el exterior era denso; tomo un algo para hidratarme y salgo de la ciudad hacia Utrillas ( dos enclaves en su día Escucha y Utrillas de fuerte resistencia al ejército nacional) y dejo a mi izquierda, en dirección a Alcañiz, las columnas de humo blanco que horadan el cielo a una altura considerable de la central térmica de Andorra.

A propósito de esta central, me llega la anécdota que fue inaugurada, al parecer, por Franco que iba con la intención de ver funcionando tres hornos, como le habían dicho y he aquí que cuando llegó solo había en marcha uno y eso le sentó bastante mal; como en el viaje también se incorporaba una visita al programa de repoblación forestal de la zona cuando llegó a la misma pidió un caballo para ver por sus ojos esa repoblación. No quería, digo yo, que le metieran un gol, que se dice ahora.

Yo si pudiera y supiera pediría un caballo a mi amigo Sergio para comprobar si todo lo que nos dicen es verdad y eso supongo me obligaría a convertirme en tártaro y estar todo el santo día a lomos del bello y sensible animal. Por cierto, se dice que el steack tartar es el resultado de llevar la carne cruda bajo la silla de montar o bajo la piel, si no hay silla, que protege el muslo del jinete del lomo del equino.

Pasada las columnas de humo blanco de Andorra llego a Alcañiz, ciudad en su día sede de la Orden de Calatrava y en cuyo castillo hoy se erige un parador nacional que guarda en su interior pinturas y construcciones que pueden visitarse

No han pasado unas horas desde que terminó el Gran premio de motociclismo y coincido en el comedor con algunos jóvenes esforzados “carreristas” que, a veces, se caen y a los tres días están como nuevos y yo aquí con estas pintas y dolores en la clavícula solo de pensarlo

Contrato una visita a Alcañiz y me uno a un grupo de unas 10 personas y el guía, Fernando, me pareció en principio un funcionario del Ayuntamiento poco entregado, pero he aquí que es bueno decir que las primeras impresiones no valen.

Fernando se entrega en cuanto salimos de la Plaza donde está el Ayuntamiento y la antigua Lonja y nos explica la importancia de los arquitectos italianos en la construcción del edificio Le pregunto si es que en España no había buenos arquitectos y me dice que supone que sí, pero que las familias ricas, las que tenían posibles, mandaban a sus hijos a estudiar, una vez acabada la primaria de la época, a Valencia y de allí los estudios superiores los terminaban en Italia en Bolonia o Florencia y eso marcaba estilo y gusto.

Bajamos la cuesta de la calle principal y nos detenemos en una casa palacio- hoy biblioteca- que había servido de alojamiento al rey Carlos V que se había desviado hasta allí para asistir al entierro de un afamado poeta de la época (no me anoté el nombre y se me ha olvidado y eso supongo que no molestará a nadie porque sus descendientes quizás no lean esto o no existan).

Nos desviamos hacia un refugio antiaéreo – esto me encaja más por el motivo de mi viaje en busca de rastros de la Guerra Civil-y al entrar en el techo veo las marcas de la CNT y la FAI como muestra de que aquel, por cierto, hasta casi 20 más, refugio había sido construido por esas personas anónimas protegidas bajo las siglas.

Ya había comentado que el bombardeo italiano pensado en Burgos y ejecutado luego, dejó más de 600 muertos. Ninguno de los dos bandos dijo está boca es mía. Unos por evitar ser juzgados moralmente por el bombardeo a personal civil y otro por evitar la desmoralización de la zona hace unos años un profesor curioso lo ha puesto negro sobre blanco.

¿Para qué tanto refugio y luego esto?

Habían cortado los cables de aviso situados fuera de la población y cogió a casi todo el mundo en su vida cotidiana en la calle. Vemos algunas casas más y Fernando nos hace observar que en la última planta los arcos de ventana son más o menos amplios en función del poder económico de la familia. Cosas. Como ahora

Finalmente llegamos al molino comunal que es hoy una instalación mixta que aloja una exposición sobre el mundo de los iberos, una generación de energía eléctrica

Como esto se me acaba, el espacio. El molino concentraba el trigo para moler de 85 pueblos en torno a Alcañiz y era un molino con 5 muelas (lo habitual era una o dos) propiedad de la Orden de Calatrava que así controlaba sus encomiendas y administraba sus recursos.

Por cierto, el molino tiene paredes de un espesor de tres metros y está junto al río, afluente al final del Ebro, pero se quedaba sin agua casi por el uso que de la misma hacían en el molino los de Calatrava que se ha demostrado que no eran tontos y se habían hecho construir unas acequias “ad hoc”.

Me quedo al salir sentado en un banco que da a ese río y que queda cerca de un puente que enfila la calle principal y dos torres de observación y una construcción que servía como patíbulo.

Ya les explicaré una anécdota sobre el último de los ajusticiados.

¿Será cierto que vienen del país vasco y de Cataluña a visitarnos con motivo del 9 de Octubre? Un detalle. ¿No?

A pasarlo bien y no cansarse

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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