BANSKY EL GRAFITERO
Además del comentario suscitado por la colocación indebida del presidente Sánchez y esposa junto a los Reyes en pleno Besamanos (un término antiguo muy gracioso), del que fue debidamente retirado por un funcionario de la Real Casa (está muy bien tener funcionarios para todo), pasan otras cosas en el mundo.
Y antes de lanzarme a hablar del personaje que titula esta columna, me sigue llamando la atención la audiencia que alcanza la boda de otra princesa inglesa (por cierto, alguien sabe ¿Cuántas quedan más por casar?) y su comparación con la primera boda creo que fue de Enrique, uno de los hijos de la desaparecida Lady Di.
Lady sigue levantando pasiones y debe ser que morirse joven, con un titulo y en accidente duele más que morir de natural, viejo y en plan infarto o sin enterarte en el dulce lecho en pleno sueño. Bueno que quiere usted que le diga.
Me voy a Bansky. Bristol está en Inglaterra y allí hace algún tiempo apareció un grafitero con cierta gracia, por lo visto y leído, que terminó por usar espray por la cosa de la rapidez, porque en los restos del Imperio británico está prohibido eso de “joder” las paredes del prójimo individual o colectivo patrimonial.
El tal Bansky, no se sabe a ciencia cierta quién es, aunque se especula mucho. Yo como no vivo en Bristol y me trae sin cuidado observo y opino que eso de opinar, antes de que Sánchez lo prohíba, de momento es divertido y añade algo de diferente sobre si A o B están a favor en contra de los “paisos catalans”, un asunto que ya huele y estos independentistas al final lo conseguirán a base de pesados. Si al menos hicieran como Gandhi y dejarán de dar la lata.
Bansky tiene un icono grafiti que es una niña con un globo, un globo en forma de corazón que se le escapa, como todos los globos que en el mundo son y también este Bansky es el que colgó un cuadro metido de Matute en el Museo por excelencia londinense ( aquí omito el nombre para que el personal, si me lo permite, se esfuerce un poco tras el endiablado puente festivo) y todo el mundo lo alabó y la dirección del Museo comentó- con flema británica- que había en objetos perdido un cuadro que alguien había perdido.
Total, que hay mucho ruido acumulado en torno al misterioso artista ya no tan callejero.
La casa de subastas internacional conocida por el nombre de Sotheby’s subastó hasta adjudicarlo por más de un millón de euros, 1,2 creo, y en cuanto se terminó la subasta una trituradora oculta en el marco inferior del cuadro, empezó a triturarlo convirtiendo a la niña icono, al globo de corazón huidizo en formidables tiras.
Se abre una o varias consideraciones acerca del ahora tiracuadro.
¿Quién es el responsable o propietario actual? ¿Qué implicaciones legales tiene el asunto?
Ese si que es un caso bueno para un despacho de abogados y no pasarse el día pleiteando por quien se queda con el perro o la vajilla, en un matrimonio venido a menos, a tan menos que se están separando.
¿Van a recomponer las tiras hasta, como en un puzle, volver a restaurar el cuadro?
En ocasiones se ha hablado de como algunos servicios secretos hunden sus manos en la basura parta recoger restos de informes, facturas etc. y lo recomponen; al final saben quién es el culpable, pero como tardan tanto puede que el tipo se haya escapado y esté en Las Bahamas, en la isla Margarita , tomando ídem, colombiana o en Altea ( que a mí me gusta mucho)…me voy porque me acabo de enterar que el primer premio de la lotería ha caído en Valencia y a lo mejor…ya les contaré. Emoción al límite.