¿HASTA DÓNDE?

         ¿Me pregunto hasta dónde va a llegar nuestra gilipollez consumista’?

         Creo que la pregunta no es obvia pensando en las próximas Navidades. Desde un sentido religioso, de celebración familiar y amorosa han devenido en una fiesta llena de frivolidad consumista y de broncas a ver dónde toca este año la comida de Navidad y a ver si tenemos suerte y evitamos las discusiones

         No me rasgo las vestiduras, ni soy conocido como un “meapilas” intransigente, pero hay cosas que me parecen inmorales.

         Una de ellas es el anuncio-reportaje en ABC que da cuenta de la existencia en Macao de un hotel- el más caro del mundo que cobra por una noche 300 mil euros y que incluye todo lo que usted haya podido desear desde un Rolls con chófer privado, cerraduras de oro, mayordomo etc.… y tienen clientes muchimillonarios.

         Regreso a casa, quiero decir a España, y me encuentro con el anuncio de latas de tortilla de patatas personalizadas.

         Menos mal que mi abuela no puede levantar la cabeza.

         Por lo visto te las puedes comprar en Madrid- todo pasa en Madrid – y duran mucho, mucho y las envían a cualquier parte del mundo con el año impreso que quieras.

         Junto a eso la odisea de los emigrantes en pleno mar internacional entre Libia, Italia y Malta a bordo del pesquero de Santa Pola y eso combinado con unos anuncios de un niño negro a la hora de comer sobre el tamaño de su muñeca.

         Yo creo que aquí pasa algo. No sé que es.

         Me llama la atención el trato de favor recibido por Borrell, la alegría de la ex ministra Montón por haberse sobreseído lo que parecía un fraude, la cordialidad de trato de favor al ministro Duque, el hombre del espacio. El apocalíptico Casado.

         ¿Qué se ha perdido por el camino?

         ¿Es normal que un estudiante alcance su titulo de bachiller con una asignatura suspensa?

         No son casos extremos los que relato. Si. Lo de Macao es extraterrestre.

         Sobrevuela el todo está permitido y entretanto el camino se va despejando para aquellos que han decidido participar en el botín “del todo vale”

         Hace falta una ducha de ética. Sin estridencias y enfrentamientos. ! Aleluya!