AGUANTAR LA MIRADA

El astigmatismo es uno de los problemas de visión más habituales. Afecta a un 26% de la población y supone el tercer problema visual más común entre los españoles.

He consultado diversas fuentes para no equivocarme en el argumento de esta columna.

Yo creo que la clase política en general sufre de este mal. Hay ejemplos que lo confirman.

Ahora los políticos se han convertido en matones actuando en el salvaje Oeste, el que nos ha ofrecido la visión del director Houston, por ejemplo.

El salón está lleno y un forastero, antiguo amigo del jefe, le llama “derechita cobarde”, mirando alrededor mientras el personal de aleja dejándolo solos, al forastero y al jefe; de momento no se miran a los ojos o sí se miran, pero ambos tienen una visión borrosa y distorsionada que impide el enfoque claro de los objetos.

El “dígamelo a la cara” o “vamos afuera y repítamelo, si se atreve, mirándome a los ojos” es una chulería barriobajera que no aporta nada a la mejora de las infraestructuras ferroviarias de Extremadura o de la Comunidad Valenciana, ni a lo mejor, por decir algo, del calamitoso estado de la sequía del Sureste español, a la despoblación rural, ni al corredor mediterráneo o las deficiencias de la línea férrea Valencia Teruel,

Ya el expresidente Zapatero empleó lo de” mirarme a los ojos” en un sentido de buenismo inútil.

Lo que se desprende del reto constante de salón es dilucidar quien manda.

Unos a mirarse y otros a ofrecerse cargos por si mandan, intentando colocar en el otro un rejón que cause herida semi mortal en la dignidad.

Me reafirmo que aquí hay un problema de visión borrosa- Hay que ir al oculista señores. Acudo al clásico “No es eso, no es eso”. Ustedes tienen una curvatura irregular del ojo. Demasiado ego entreverado de transversalidad. No dispongo de la solución. ¿Un espadón? No ¿Un liberal que lo acepta casi todo? No ¿Un régimen tintado de colores cardenalicios? No.

Entonces, listo ¿Qué?

A lo mejor diciendo la verdad. Lo que tenemos y no tenemos, lo que podemos y no podemos, lo que hemos hecho mal y queremos mejorar. Eso no es político dirán algunos. Eso pasa entonces