SIN RESERVAS
Ayer o anteayer o ahora mismo te vas a una farmacia y pides un medicamento -Seguril, por ejemplo- y te asombras cuando oyes que te dicen que no hay y que hace tiempo que lo piden y no se lo sirven. Pegas la hebra y como conoces a la farmacéutica- por cierto, desconozco el número de “ellas” frente a “ellos” pero parece que son más-y te enteras que hay bastantes productos que no se sirven, que no están disponibles y me pregunto por la razón.
Nadie sabe nada. A lo mejor tengo que preguntar en otro sitio. Será más arriba en el escalafón de los rectores de la farmacopea nacional.
Seguro que hay razones de peso y una de ellas será el que determinados productos se venden mejor en eso que llaman el extranjero, porque el precio allí es más caro y más rentable para para la industria.
Estamos lejos, supongo, de los tiempos de la carestía antigua y tradicional. Ahora, menos mal, todo parece un escaparate de una Jauja consumista y yo mismo, por dar una pista absurda de producto comprado, compré en un arrebato “sal del Himalaya” y es que resulta, yo no sabía, que hay multitud de tipos de sal y me entero ahora que me han sugerido, una vez más, que deje de una pu…vez de tomar sal y que adelgace por la cosa del corazón, que se ve que lo tengo grande.
¿Qué le pediría yo al diputado nuevo antes de que se despierte de la lotería que le ha tocado?
Sí alguien me preguntase en una encuesta, de esas que dicen que existen en número casi infinito de personas encuestadas y que nunca han coincidido conmigo, le diría que vigilase el abastecimiento de medicinas y que bajase el importe de la luz.
Hay otras formas de eutanasia, si es que el objetivo es acabar con los viejos una vez que el IMSERSO ha fracaso en la liquidación de gentes en edad provecta.
Mi madre hacía largas colas para obtener leche- era la posguerra- y se organizaba un lío con las demás señoras porque se” levantaba” bastantes litros del esencial liquido blanco. En mi casa siempre hemos sido gente de mucha leche A ver si la izquierda valiente toma cartas en el asunto.