RENUNCIO AL G7 Y A TOKIO
RENUNCIO AL G7 Y A TOKIO
Antes de entrar en materia acerca del G7 a celebrar este fin de mes en Irún renuncio a ir (para lo que las policías estatales francesa, la nacional española y la vasca han desplegado o van a desplegar más de 1000 agentes- por cierto, algunos podrían darse una vuelta por una Barcelona que dicen que es muy insegura) y también renuncio a ir a las próximas Olimpiadas de Tokio. No estoy en forma y además nadie me ha invitado.
Pero no renuncio a la obligación de dar las gracias a quienes me han hecho llegar el deseo de mejoría para mi persistente contractura; hay que reconocer que tengo menos fans que Justin Bieber y que no soy nada influencer, pero oiga, algo es algo. Así que muchas gracias.
Avanzo que no voy a estar en Irún y porque ya va el Sr. Sánchez, como invitado sin voto, al que supongo le darán instrucciones sobre lo que conviene hacer y en cuanto a Tokio no solo es que la contractura me lo impide, es que no soy atleta y apenas sé jugar a los bolos, aunque deseo lo mejor a nuestros compatriotas que van a más en esto del deporte olímpico. Lo digo con tiempo para animar.
Solo añadiré que entro en crisis emocional cuando leo las cifras pagadas por unos y otros por ese mercado de gladiadores del balompié.
Ahora al releer lo anterior me doy cuenta de que mi malogrado, ya desaparecido, maestro y amigo-pese a la diferencia de edad- Vicent Ventura tenía razón cuando hablaba de mi tendencia a la dispersión…pero ya es tarde.
Digo que la molestia continua y he tomado medidas que sintetizo a efectos de aconsejar.
De momento he adquirido 2 adminículos a manera de bastones con manejo desde la empuñadura que me permiten coger, sin agacharme, papeles, algún aparatito que se me cae – no soy un manitas precisamente- y hasta un puro hoy, que en un descuido por una cabezada post Meridian, se había deslizado de entre mis débiles dedos y he sido rápido porque estaba encendido.
Para quienes sean más jóvenes es interesante recordar que antes, muy antes, existían personajes llamados “colilleros” de entre los cuales había una élite que se había fabricado un bastón con una punta en el extremo final y que permitía hacerse con colillas con la mayor dignidad y recato posible; era un prototipo que anunciaba el progreso actual.
Tengo otro ejemplar en el coche y ahora, antes de escribir esta columna, estaba practicando y he llegado a cierto virtuosismo como es el caso de rascarme un pie con la mayor tranquilidad sin menoscabo de mi columna.
A la vista de los acontecimientos y de la cronología reflejada en el DNI, uno debe saber renunciar a ciertas cosas que siempre había tenido como pendientes. El Nobel por ejemplo o el ser hijo adoptivo de algún lugar, sin despreciar a mis padres biológicos.
Pese a que mi amigo José Luis ha organizado un potencial Camino de Santiago por la “vía portuguesa” yo desde aquí he renunciado, con dolor, a esa invitación generosa y ha llegado el momento de la confesión al dar noticia de que tengo una medalla de la Travesía del Puerto de Valencia a nado…solo que el entonces presidente me la otorgó como informador, aunque yo iba en una barca de seguimiento de los esforzados nadadores y nadadoras (tanta monta)
Estoy en vías de recuperación, creo.
Me van a “tirar el rayo” a la zona (empleo este concepto porque muchos que venían a Valencia para alguna sesión de radiografías informaban a sus vecinos que venían “con la xiqueta” a que “le tiraran el rayo” normalmente venían las madres…ahora, si pueden, van todos) y me han dado ya algún masaje. Pilar, la fisio, lo ha hecho a conciencia y todavía me duele donde ponía la mano. ¿Será igual eso que llaman masaje tailandés y que se anuncia?
Peor estarán los guardias civiles de elite las 12 horas de turno cuidando al Sr. presidente del Gobierno y a su familia en Doñana. Cuando llegue el otoño propondré una recaudación para comprarle un reloj y así no llega tarde a su cita con el Rey que está en Mallorca. Todos pensando. ¿En qué pensarán