PISAR EL SUELO (PAPEL Y DIGITAL)

Llevamos unas semana intentando saber si la Sra. que vino de Venezuela, la vicepresidenta del del Sr .Maduro, cuando llegó a España, piso el suelo patrio o no.

El asunto no es baladí, como le decía a mi amigo Eduardo, que está preso de una indignación suprema, porque a él lo que realmente le importa es saber porque le han aplazado la visita programada de la Seguridad Social para una enfermedad grave que tiene; un problema de varices y padece. No le han dado ninguna explicación.

Como a él, el asunto “suelo español” les importa una santa higa a muchos con los que he hablado. Sin embargo sí que es de interés público el porqué el Sr. Ábalos, hombre fuerte en la cosa gubernamental, hace toreo de salón con las declaraciones cambiantes.

Primero va y sube al aparato de la Sra. en plan detalle saludador,luego no habla y está callado 25 minutos, parece que después bajan en silencio y da órdenes a la policía de fronteras de no molestar, están un ratito, siguen sin hablar de nada, en la sala VIP y finalmente la Sra. se va a Doha o a Turquía o a los dos sitios. Un cartujo el ministro.

Un guión fatal de una serie de la que no sabemos nada.

¿Traía algún sobre con las fotocopias de posibles talones a miembros actuales del Gobierno debidamente “regados” con dinero de sospechoso origen?

¿Esta  extraña reunión está conectada con la fallida extracción del dirigente boliviano por un grupo de GEOS?

¿Por qué el Sr. Ábalos se va en su coche particular?

¿Por qué suelta información gota a gota y quien va es él y no la propia ministra de Asuntos Exteriores?

Mi amigo me mira cuando le suelto esta retahíla de preguntas y se limita a decir que al final le han pospuesto la visita y que va a ir ot

Vuelve lo de darse nueve baños seguidos .Todo por la infancia. Nunca sabremos la verdad..

ro día.

Otrosí. Como trabajo con rumores, con pistas que extraigo de la prensa y bocas de informadores, me llega el rumor que nuestros jóvenes vicepresidentes buscan una casa en el Portet de Moraría-Aleluya.

Nunca sabremos la verdad