LA LIBRETA SAGRADA DE LA MEMORIA

Léalo porque le puede pasar a usted aquí y ahora. Un consejo: ábrase una libreta de la memoria histórica personal.

Yo leo todo lo que huela a felicidad en la tercera edad e incluso más allá, si es que hay un más allá aquí.

Algunos de esos americanos que lo saben todo, que lo estudian todo y lo escriben con la garantía de una o varias Universidades, han decidido que el culmen de la felicidad se da a los 82 años y se quedan tan tranquilos.

Lo bueno que quien escribe esas cosas no tiene apenas 60 años cumplidos, otros te hablan de las bondades del matrimonio siendo solteros de solemnidad, o un matrimonio que no tiene hijos se deshace ante el hecho de tenerlos y participar en su formación o en su educación, que no es lo mismo.

Si yo fuera más correcto o educado no escribiría lo de “caracollons”, que dicho en valenciano es menos hiriente y más popular. Añado algo más local: “Fum de canyot”, o sea humo blanco, que surge de quemar cañas y res(nada) más.

Hace tiempo que se me van algunos nombres de la memoria y no sé dónde van. ¿Habrá algún sitio universal donde habiten en compañía de otros?

El caso es que yo no me acuerdo de tal o cual nombre y cuando me encuentro con alguien que está en esa lista de olvidados me da un ligero apuro y suelo decir “presentaros vosotros mismos” y ante la extrañeza añado “es que es más bonito y el contacto humano mejora” y para darle peso riguroso le añado un nombre ficticio a un supuesto científico que suene a inglés y ya está.

Digo todo esto porque voy a más, o sea “anem a mes”, y a la vista del asunto he decidido aumentar las reseñas en mi libreta, bautizada por mi como “libreta para apuntar palabras con riesgo de ser olvidadas” y confieso que hace dos semanas tuve un acaloramiento conmigo mismo porque no sabía dónde coño la había dejado.

Hoy doy noticia de haberla encontrado y estaba en un sitio que era imposible, decía yo, que se me pasase y mire usted por donde se me fue el santo al cielo y nada a sufrir.

Me ha picado la curiosidad y la he abierto a ver que me dicen sus palabras, Veo que la primera es ENDOGAMIA y el asunto sigue estando de moda. Luego aparece Lucerna y eso me lleva, fíjese usted la importancia de las palabras-concepto, a un puente pasarela cubierto sobre el río de esa ciudad suiza, que está pintado con escenas hermosas y que hace algún tiempo se pegó fuego y lo han rehecho. Y lo mantienen que para mí es el milagro.

Aquí mantenemos poco o casi nada. Me voy a mirar más palabras y a apuntar alguna otra. Una definición de virus o de bacteria que yo, al ser de letras, lo tengo poco dominado.