DOS LUNAS

Esta es la noticia. Tenemos dos lunas.

En las idas y venidas de los asteroides por el cosmos, nuestro planeta consiguió una luna adicional cuando uno de esos pequeños asteroides fue atraído y capturado por la órbita terrestre, hace pocos años, según anunció el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional (MPC).

Tanto mirarte el ombligo, tanto mirar el termómetro, saludar a los amigos dándoles con el codo e incluso a alguno con un metro por si estamos a la distancia aconsejada y tanta mascarilla, que no miramos el espacio, que no levantamos la cabeza hacia el cielo estrellado como parte de la tierra prometida.

Incluso no leemos más que el morbo del virus para saber cuántos y quienes han muerto y si acaso alguna prensa rosa por ver cómo van esos que se llevan “una pastizara” por hacer el idiota y tan tranquilos.

La Luna de siempre está saturada de románticos e incluso de canciones raciales como la de “·ese toro enamorado de la Luna que abandona “la maná” y sobre todo en Valencia- antes de que los catalanes y la Sra., Colau digan que lo de “a la Luna de Valencia” es cosa de nuestros hermanos catalanes.

Pronto sabremos que ese es un dicho, un invento cultural de Catalonia, centro de cualidades excepcionales y es el Centro de toda dicha posible, centro-cuna de la Valquirias, De Leonardo da Vinci, de Miguel Ángel y desde luego, parece ser de les Fogueres alicantinas, de las Fallas de Valencia y mañana cuna del Dios Odín que ya bailaba la sardana.

Y aquí las fuerzas vivas rascándose a modo el escroto.

Es un poco fuerte.

¿Se puede registrar el espacio aprovechando un descuido el Registro de la Propiedad? Me pido esta segunda luna.

Ya los poetas tenían al satélite hasta los cráteres y Doña Inés estaba cansada de oír a D, Juan (el Tenorio) de que la Luna brilla mejor en esa apartada orilla. ¿Qué buscaba D. Juan? Lo de siempre.

Ahora lo tendría crudo. Doña Irene lo tiene claro y aunque la Ley haya sido varias veces corregida por errores o falta de preparación jurídica, lo importante es la esencia, supongo que dirá.

¡Nano no te muevas que te vigilo! Cuidado con esos ojos, con esas palabras, ¡que acabas esta noche de luna en el trullo!

Abandono la búsqueda diaria de la brillante y escultural Venus y me lanzó a escrutar esa pequeña, discreta lunita que nos ha salido a los demócratas como último refugio en un, mundo terrícola en el que si hace caso a los medios caes en el terror.

Por ejemplo, oyes a “la marquesa” Cayetana y se te pone la carne de gallina, alcanzando el nivel epidérmico lo mismo que si oyeses a Doña Carmen Calvo o al señor Ábalos, a los que muchos señalan como en retirada coyuntural.

Me extraña. ¿Qué cosas sabrá que se mantiene contra viento y aeropuertos varios?

Hagan el favor de dejarme en paz esta noche, que voy a mirar al cielo a buscar a mi Luna pequeña antes de que la arrebaten en la mesa del dialogo eterno e inútil y ya no pueda piropearla ¿Estará bien dicho esto? ¿Me detendrán? ¿Seré pasto de alguna checa mediática? ¿La policía de papel me encerrará como en la antigua y recordada “La Codorniz” con su cárcel de papel?

No somos nada y por eso se ha hecho la hora del café sin llegar a conclusión alguna. Noto en la nuca la respiración entrecortada del clan Pujol. Me entrego a lo inane. ¡Pajuelo no tienes futuro! oigo y eso ya lo sé, porque he visto hoy mi DNI.