DIARIO DE UN ENCIERRO (DÍA 16 yMÁS)

Es el caso que la cosa se prolonga y lo que te rondaré morena. Los científicos, con la boca pequeña, trasladan a los oídos de los voceros que la cosa se alargará un mes y algo más. Es lo que es y eso como mínimo.

Los voceros se guardan media información para no acojonarnos más o para no soliviantarnos plus, que nunca se sabe.

No las tengo todas conmigo. ¿Será un ERTE el prólogo de un ERE?

Hay miedo y la población empieza a sufrir un estreñimiento agudo que puede ser el preludio de una diarrea compulsiva.

Hay que tomar más medidas y yo he decidido seguir con mis parlamentos escritos (lo que es una paradoja) con el objetivo de arrancar alguna sonrisa y ese sería uno más de los actos solidarios a los que me entrego con fruición bastante sospechosa. Me explico.

La primera medida que aconsejo, y yo practico, es la de frenar el deseo informativo. No voy a caer en la grosería mediática de decirles: Oiga con que lea usted este diario tiene bastante. No es eso, no es eso…pero tampoco estaría mal.

Ayer de nuevo el Sr. Presidente del Gobierno, que goza de minoría en el Congreso que se reúne poco o nada (pero cobran sus señorías, faltaría más, sus salarios y dietas)se asomó a las pantallas televisivas y al verle la cara me dije

Carlos este lo alarga, me refiero al plazo (claro como yo ya había leído este diario y otros, del extranjero, lo confieso, me lo imaginaba)

Me senté en uno de los centenares de sofás que tengo en mi mansión y me dormí al minuto; me dije, se ve que me lo dije aunque yo no me acuerdo, que iba a repetir la misma canción retórica de la solidaridad, el remar todos juntos y alguna frase que se sacaría de algún discurso de Kennedy.

Se lo habría sugerido su jefe de Gabinete o de Comunicación que no sé si será lo mismo y que ha estado muchos años, dicen, en América o ha estudiado mucho, dicen las elecciones americanas.

Le habrá dicho hay que mirar a Kennedy y su actitud ante los problemas de los misiles de Cuba, digo por decir algo.

Le recordó que cuando visitó Berlin en plena crisis se asomó por encima de la recién construida muralla y dijo aquello de “Ich bin Berliner” o algo parecido y las masas enfervorizadas aplaudieron en alemán. Cosas de la historia misma.

Y el Sr. Presidente nuestro echó mano de la frase esa de que “¿No te preguntes que puedes hacer tú por tú país etc.” y yo pensé, casi a punto de caer en el segundo sueño y me desperté de golpe creyendo que iba a dimitir o a pedir un Gobierno de concentración nacional…no fue así. Otro día será…o no. Seguí durmiendo.

Con eso del dormir me acuerdo mucho de mi padre,-que Dios tenga en su gloria bendita porque pasó, como otros, la guerra y la posguerra y a lo mejor esto del estado de alarma es una bobada de pijos viróticos comparada con las hambrunas de la época…pero eso es otra historia.

Decía yo que él me decía, en eso del dormir. “Yo casi no duermo por la noche etc.” y luego se pasaba medio día dando cabezadas en cualquier sillón. Empieza a pasarme a mí. Cosas del calendario vital.

Como quiera que esto de la alarma me ha cogido en una casa y a mi mujer en otra (! Ah! tienen más eh!) con los nietos, ahora estamos separados y yo la llamo y le canto “contigo en la distancia” que es algo que va muy bien y que yo les recomiendo si fuera el mismo caso. De paso aclaran la garganta.

He decidido volcarme en la cocina y hacerlo todo muy despacio, muy, muy despacio, con lo que una tarea que normalmente tardaría cinco minutos, tardo quince como mínimo.

Es la filosofía de lo lento sobre cuyo asunto hace no mucho tiempo,me permitieron hablar en una tertulia del Ateneo de Valencia que comparto con muchísimo gusto con personas muy sabias y sensatas (hasta ahora) y que es posible gracias al esfuerzo y constancia de su “inventor administrador” Carlos (no estoy autorizado a dar el apellido) pero si diré como se llama la tertulia, se llama: Sensus communis”.

¿Dónde estaba! Ah, sí” en la cocina.

Yo hago cositas normales pero la gracia, para mí, es que le pongo nombres exóticos en plan Chefs superiores. Eso da mucho juego, entretiene y se suele comer más si se lo hace uno con lo que pasas de un estado confinado a otro confitado, como dijo Belén Rueda el otro día en el Hormiguero (que yo no veía pero como no duermo mucho por la noche pues…) ¿Un ejemplo? Si.

Un trozo pechugón de pollo con media ala que pongo, al final, una vez hecho claro, en una de esas conchas de peregrino que me regalaron hace tiempo y que empieza estar cascada ( a ver si ahora cuando salga le recuerdo a mi cuñado, que tiene trillado ese Camino de Santiago que me procure una) y a eso lo llamo”poulet al Camino y lo riego con un Albariño que, por cierto el otro día me pasé un poquito y me dormí antes en uno de esos miles de sofás que tengo en casa. Le tocaba hablar a Ábalos menso mal.

Como lo hago todo lento, lentísimo se me hicieron las 4 para preparar el pollo citado y luego me metí con una ensalada ilustrada (recuerden que soy de letras) y entre la elección de lechuga o escarola (dicen que tiene propiedades curativas del exceso de ansiedad (desde aquí se lo hago llegar en forma de pregunta a mi amiga farmacéutica de La Coruña y si no a mi otra amiga, farmacéutica también – es una fijación que tengo- de Cuenca. Son cosas de uno.

No lo puedo contar todo porque entonces me quedaría poco…pero ya iré viendo. De momento paso de 1000 palabritas .Total para no decir nada. Sirvo para ministro para presidente. Mañana más…a lo mejor.