DIARIO DE UN ENCIERRO (UN DÍA MÁS)
La cosa sigue y cada uno de nosotros nos consideramos esenciales-utilizando la terminología al uso.
Es indiscutible que cada uno es esencial ‘para sí mismo y mal asunto sería que nos consideráramos prescindibles. La jugada existencial es básica, esencial como decíamos más arriba.
Yo soy imprescindible para mi mismo lo que no es una obviedad. Partiendo de ese criterio no debo hacer nada que ponga en peligro mi existencia en los planos espiritual y físico, por ejemplo. O sea que me tengo que cuidar y en eso estoy.
Me dan consejos y uno de ellos (no sé quien lo da porque estos días todo el mundo te da consejos y algunos son contradictorios.) es, dicen, que no es bueno estar en pijama en casa.
Y yo considero al pijama el máximo exponente de la libertad casero hogareña. Una moda “ad lib” como aquella que adjudicaron a Ibiza, que venía ser que cada uno llevaba lo que le daba la gana.
¿Tengo que vestirme como si fuera a dar una clase a la Universidad con toga incluida? ¿Debo vestirme como para una boda postinera o como para un bautizo de nene royal? ¿O con chándal de supermarca para parecer deportivo, pese a que hace años que di mi última carrerita de medio fondo? Viva el pijama. El que yo llevo es “mono” y me lo regaló mi mujer para Navidades y aprovecho la ocasión para darles las gracias. Muchos dirán que soy un marido pelota. Si. Qué le vamos hacer. Aunque es verdad lo de las gracias.
Digo que siempre será mejor eso que darle una contestación semi abrupta como “¿otro pijama?” y luego darle un puntito de mala “milk” con un comentario del tipo Me hacía ilusión una corbata (y eso que tengo más de 30).
Otro día les daré un curso de cohabitación marital, suponiendo que esté entero o vivo.
Vuelvo a los consejos y es que me derivo extendiéndome a áreas no previstas…pero ¿estamos o no en un encierro?
Y a todo esto. Eso de los consejos y de bautizarlos con nombres tremendos. Esencial es uno de ellos.
¿Eso quien lo dice?
Se sabe que todos llevamos dentro: un médico o un abogado, un notario, un periodista, un entrenador de futbol y cada vez que tenemos oportunidad largamos un consejo, llenamos la red, colapsamos el tiempo del otro etc.
¿Quién es el aconsejador? Es como los chistes. ¿Quién se los inventa? Unos me decían hace tiempo que era en la cárcel que como allí tenían todo el tiempo del mundo se dedicaban a inventar chistes y que esa era una forma de reinserción. Ya.
Si me aíslan por asintomático y estamos en estado de excepción, recordaré a mi abuelo que fue confinado en las playas francesas tras el final de la guerra civil y a mi padre en las cárceles locales que “alojaban” a algunos perdedores. Será cumplir una tradición familiar. Cosas. Esto ha salido así sin pensar.
Supongo que debe haber “un menda”, como asesor, que tiene como obligación buscar términos sonoros y transcendentales para insuflar a las proclamas, discursos de efectos especiales y promesas que luego a lo mejor no llegan a “ramos de bendecir” (estamos en Semana Santa y hay que esmerarse en el uso de terminología).
Las promesas se mal interpretan o son de difícil lenguaje administrativo y un tanto leguleyo. Es el abismo entre el administrador y el administrado.
El sufrido votante tiene una muralla administrativa de dimensiones ciclópeas que para sí las querría Trump con ese muro antiinmigrantes.
Una cosa es lo que el Gobierno prometa una ayuda, eso está bien, dando una cifras mareantes, tranquilizando a las masas que `pueden estar intranquilas y al borde de un ataque de nervios y otra disponer de unos requisitos para facilitar a los del cese de actividad o a los que han vendido menos . El respetable se rebela ante tanto papel.
Entre el ICObanco ayudador en teoría, para servir de puente entre el Gobierno ayudador, y el que va a pedir lo prometido seriamente ante la pantalla del televisor, hay un especie de abismo o vacío interpretativo.
Si yo fuera un hombre con recursos lingüísticos bastantes en el habla coloquial exclamaría “Un huevo” al contestar a alguien que me dijese: “Ahí tienes el microcrédito avalado por el Gobierno vía ICO, Así que ve al banco que te están esperando” Ya. Repito “un huevo
Me llega la noticia, no sé por dónde, por lo tanto más que noticia habrá que decir un bulo, que algunas entidades tratan, mientras llega el ICOdinero, de “colocar” obligatoriamente un seguro de vida o algún producto antes de adelantarte “la pasta”.
Mientras voy a verlo. “rompiendo” el confinamiento porque, me digo yo “es que soy esencial dado que escribo en los papeles y soy de la canallesca y por si el control correspondiente no lo acepta iré con una libreta bancaria en la mano, un saco para el pan, una bolsa para la verdura y en la boca el DNI y mi carnet de prensa. No me fío de mi mismo. Tengo problemas con la mascarilla y los documentos. No sé. Quizás no vaya a ningún lado. Dudo luego existo.
De momento sigo confinado y cada día más confitado;-me acabo de “zampar” media torta de Pascua, me he adelantado, con nueces y pasas.
Me aconsejan quepara combatir el dolor de espalda me levante, ,agarre una escoba o palo , y me ponga a la espalda el artilugio y sin doblar las piernas me agache hacia adelante.
Me parece peligroso y también me dicen que sentado me incline y me toque los tobillos hasta 10 veces.
Me parece también peligroso.
A mí se me da bien el teléfono. Antes era más hábil porque te ponías el aparato entre el cuello y la clavícula y dejabas libres las , pero un día descubrí que no sabía qué hacer con las manos libres. Era postureo que se dice ahora y como se dice ahora también “el relato”.
Pues eso, el relato se ha acabado. Mañana más…a lo mejor y que usted se confine bien.