EL DÍA DE LA MARMOTA EN MODO VIRUS/DIARIO DE UN ENCIERRO
De la ansiedad al pánico y de este a la ira.
Los días van cayendo del calendario y la primavera pasa ante nosotros dejándonos días de aire y calor extremo combinados. He hablado con bastantes, o algunos ,o varios, porque ya se sabe que las formas de medir son diferentes según quien mide o las variables en función de secretas consideraciones a cargo de ese comité de expertos muy secretos- aunque siempre se filtra algo o todo- donde abundan estudiosos y al mismo tiempo nuevos estudiantes en la asignatura del virus.
Empieza a dar asco tanto error, y a algunos temor, al apreciar en las manos de quienes estamos.
El comité secreto de expertos, o sea el personal que nos califica, no brilla por su formación específica en materia de epidemias.
Se supone que el ministro de Sanidad- filosofo de formación y político de ejercicio, muy “apegado” al municipalismo y participante en pactos que afectan al Sr. Sánchez,, da la talla y puede quitar y poner barreras a las Comunidades por un quítame allá unos test escasos o unas conveniencias políticas y dejarte en la fase 0 in eternum. Bien.
¿Es posible sospechar de tratos políticos de favor en función del futuro inmediato? ¿Elecciones, presupuestos?
Cuando hablo del día de la marmota, quería referirme al hecho demostrado que nuestros medios informativos no han cambiado el registro informativo y permanecen encallados en una repetitiva canción de números, contagios, fallecidos y tertulianos sabios de todo, que llegan no solo a aburrir al televidente sino al hartazgo que les dirige a una ansiedad sostenida y claramente en avance hacia el pánico.
¿Ese es el objetivo? ¿Dejar anestesiada a la población pendiente de la mascarilla y entretanto colarnos decretos ley que, en aras de la igualdad, fuercen la ideología?
Da lo mismo que sea por la mañana, al mediodía o por la tarde que la cantinela es la misma.
¿No hay otra cosa que emitir, comentar, explorar?
¿Nos conducen a cadenas de pago de forma deliberada?
No solo es eso sino que como yo digo en relación, a veces a mi mismo como periodista y a otros compañeros, los que se nutren de la mamandurria de las tertulias diarias, que somos “especialistas en asuntos generales” por lo que servimos para un roto, para un descosido o para lo que quieran “echarnos”.
Sin embargo he observado que algo ha cambiado. Hablo del tono y del contenido de las intervenciones. Cada día peor,
como si el ser maleducado, gritón y “palabrointerruptus” fuera la forma de asegurarse una continuidad en el proceso de inmersión en la nada. Un asco.
Entre el espectáculo de una tertulia a otra, aparece la machacona “pedagogía” del consejo que nos recuerda lo de las manos- sin ponerse de acuerdo si guantes si o guantes no,- del lavado de manos, de la distancia social, acompañado todo con una música semi seráfica y finalmente ofreciéndonos las compresas de turno más seguras o las compañía de seguros más seguro.
Sería muy de agradecer que quienes han encontrado un filón en esto de insultarse y hablar de lo mismo las 24 horas del día, se dieran, como si fuera una revelación, cuenta que son el escaparate, el espejo donde muchos se miran mientras pasan sus horas de confinamiento policial.
Se ha instaurado el insulto, la mala educación incluso en programas basura o rosa, donde el lenguaje está sometido a la tortura del mal hablado, como sí eso fuera un signo de modernidad. ¿Será eso la nueva realidad anunciada por el Doctor Sánchez?
¿Ha pensado alguien en el humor? Si no lo tenemos a mano les recuerdo que hay mucho enlatado de las gloriosas épocas de Tip y Coll, Faemino y Cansado etc.
Mientras ocurre esto y las gentes permanecen días y días ,el Gobierno del Dr. Sánchez avanza de la mano de algunos partidos anti constitucionalistas y nos “colocan” una renta vitalicia a aquellos que – habrá muchos que si la necesiten, sin duda- que con solo una “declaración responsable”, sin aportar documentos tendrán derecho a ella.
¿De dónde saldrá el dinero? Es fácil hacer política de elecciones con el dinero de los demás.
Vuelvo a señalar que los estados de nerviosismo, ansiedad y a veces pánico ,se empiezan dar en las familias que permanecen en el encierro y no basta que el honesto, bien intencionado Dr. Simón, de un currículo excelente hasta “el corona”, nos señale que hay muy buenos profesionales en el mundo de la psiquiatría y psicología.
Echo de menos al Rey…y eso que no soy monárquico. ¿El Jefe del Estado nos podría echar una mano?
Mañana más…a lo mejor