EL SINDROME DE ESTOCOLMO EN LA FASE 3
Cuando no han pasado ni 6 horas del encuentro en la tercera fase ,el que esto escribe ha preguntado a algunos sobre que le parecía eso de poder ir a Denia o a Les Playetes de Benicasim y el personal mostraba una alegría desusada, como si hubieran sido liberados por el ejército combinado del PSOE y Unidas Podemos en plan desembarco en las playas de Normandía.
Mostraban la misma alegría como sí se hubieran abierto los campos de trabajo que Hitler construyó para la eliminación de judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales y alguno más.
O sea, el personal está contento y se apresura a dar las gracias al “obispo” dominical, el Sr. Sánchez, olvidando los múltiples errores de la gestión .
Por si fuera molesto a los partidarios y votantes de esos partidos, digo que antes de saltar de alegría y revolcarnos en la praxis de generosos parabienes, quedan pendientes algunas explicaciones sobre el tratamiento, por ejemplo, de las residencias públicas para mayores, los engaños a los que hemos sido dirigidos por una gestión torpe.
No soy yo aquí el que ha venido a recordar estos estruendosos fallos que ponen en duda la ineptitud de los que nos mandan.
Ya digo que hoy se respira una especie de síndrome de Estocolmo; el personal que sabiendo que se puede ir a otra provincia de la Comunidad o disfrutar de mayor, libertada por poder tomarse en una barra un vasito de cerveza, olvida e incluso alaba al presidente y a su equipo más íntimo.
Que nos faltan unos miles o centenares de muertos por cuadrar la gran cifra ¡pelillos a la mar!
Por el camino de estos tres meses hemos oído y visto de todo. Los decretos han florecido antes de que se abran las puertas del Congreso. Bien.
Estoy seguro de que si se hiciera una votación a orilla de playa ( ya sé que hay que ponerse a 6 metros de la orilla etc.) o en terrazas aireadas por el viento el Sr. Sánchez saldría reforzado.
Esta sociedad nuestra tiene poca memoria o solo la tiene para ciertos recuerdos que nos enfrentan.
Hasta mañana si acaso
Cuando no han pasado ni 6 horas del encuentro en la tercera fase ,el que esto escribe ha preguntado a algunos sobre que le parecía eso de poder ir a Denia o a Les Playetes de Benicasim y el personal mostraba una alegría desusada, como si hubieran sido liberados por el ejército combinado del PSOE y Unidas Podemos en plan desembarco en las playas de Normandía.
Mostraban la misma alegría como sí se hubieran abierto los campos de trabajo que Hitler construyó para la eliminación de judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales y alguno más.
O sea, el personal está contento y se apresura a dar las gracias al “obispo” dominical, el Sr. Sánchez, olvidando los múltiples errores de la gestión .
Por si fuera molesto a los partidarios y votantes de esos partidos, digo que antes de saltar de alegría y revolcarnos en la praxis de generosos parabienes, quedan pendientes algunas explicaciones sobre el tratamiento, por ejemplo, de las residencias públicas para mayores, los engaños a los que hemos sido dirigidos por una gestión torpe.
No soy yo aquí el que ha venido a recordar estos estruendosos fallos que ponen en duda la ineptitud de los que nos mandan.
Ya digo que hoy se respira una especie de síndrome de Estocolmo; el personal que sabiendo que se puede ir a otra provincia de la Comunidad o disfrutar de mayor, libertada por poder tomarse en una barra un vasito de cerveza, olvida.
Que nos faltan unos miles o centenares de muertos por cuadrar la gran cifra ¡pelillos a la mar!
Por el camino de estos tres meses hemos oído y visto de todo. Los decretos han florecido antes de que se abran las puertas del Congreso. Bien.
Estoy seguro de que si se hiciera una votación a orilla de playa ( ya sé que hay que ponerse a 6 metros de la orilla etc.) o en terrazas aireadas por el viento el Sr. Sánchez saldría reforzado.
Esta sociedad nuestra tiene poca memoria o solo la tiene para ciertos recuerdos que nos enfrentan.
Hasta mañana si acaso