PIDA PERDÓN URGENTEMENTE

Cada día que pasa observo como los valores que aprendimos de jóvenes o de niños se van desmontando y son sustituidos por otros que me llaman la atención.

A lo mejor estaban anticuados o eran menos sensibles con las minorías, digo yo.

!Ya está este Pajuelo dando sermones de ética o moralidad!. No es eso hombre, no. Es que me llaman la atención algunos casos que quiero poner en común con mis lectores, desde la libertad de opinión y expresión que este diario protege.

Hoy me refiero a esa campaña puesta en marcha por un grupo- supongo antirracista- para erradicar del mercado la marca “conguitos”, por el hecho de estar ilustrada con la imagen-caricatura de un negro joven, o negrito, con la piel de ese color y unos “morritos” exageradamente hinchados, como el de muchas señoras que he visto por nuestras calles que se han incorporado botox ; parece que el morrito ligeramente sobresaliente las hace más sexys.

Recuerdo una canción comercial que hacía mención a un negrito del África tropical. Nadie decía nada e incluso alguna letra que mencionaba al Congo donde se cantaba aquello de “…blanco que cogen lo hacen mondongo…” Nadie decía nada. Como era cosa de unos negros.

Por cierto no recuerdo que ahora mismo haya alguna comisión que pida perdón o reclame nada al Gobierno belga, dado que todo el Congo era propiedad personal del rey Leopoldo.

Supongo que no damos abasto con tanta reivindicación pendiente.

Por cierto y perdonen. Todavía espero que me devuelvan la máquina de coser Singer de mi madre que fue confiscada en los años 45 a 50 y cuyo recibo estoy buscando. A lo mejor me falla la memoria y fue antes y los confiscadores eran del otro bando. Yo que sé. Lo que es seguro que la maquina se la llevaron.

Los “fachas” o “los rojos “se la llevaron y aquí estoy a la Luna de Valencia. A lo mejor ahí cabe una comisión para que los del Botánico recuperen objetos, bienes etc. de esa época de transición de la postguerra y se revisen algunas fortunas . Claro que esa es otra historia. Molan más los muertos.

Vaya por delante que no soy accionista del fabricante de esa especialidad al chocolate. He comido yo mucho conguito y recuerdo su sabor. Yo no voy a pedir perdón. ¿A quién?

Solo que me llama la atención la campaña y en la misma línea de perdonar, está la reacción de un pueblo del Sur de España que se ha visto obligado a quitar del balcón municipal una bandera arcoíris – de esas que marcan el símbolo colorista del día que llaman “del orgullo”- por la denuncia de algunos vecinos- en concreto tres, leo- y como consecuencia de ello muchos vecinos han enarbolado de diferentes formas la bandera objeto de rechazo. Y ahí todos tan contentos. Veo algo más en esa reacción que a lo mejor no es a la bandera y si a los denunciantes.

Eso no tiene nada que ver con el hecho de que muchos temporeros en el campo tengan que dormir en el suelo…por si acaso llevaban el Covid19. ¿Hay alguna comisión para eso señores de CCOO o de UGT ? Lo digo sin acritud y con permiso. Pido perdón por adelantado.

Parecemos un pueblo pendular. Nos aferramos en un tiempo al concepto de pecado por casi cada cosa y ahora toca lo contrario.

Parece que el concepto de tolerancia ha calado muy hondo y eso está bien, aunque quizás convendría reflexionar sobre la diferencia entre tolerancia y el “aquí no pasa nada por nada”.

Asumimos como normal el que hayan muerto en residencias miles de ancianos y no tengo noticia de que alguien en el Gobierno o no, se haga cargo de este asunto y no haya en marcha, que yo sepa, sendos juicios por este tema y todavía se discuta si son 15 o 20 mil personas más o menos los que han muerto.

Antes no pasaba nada de esto porque los ancianos vivían con nosotros y el concepto residencia era considerado una desgracia familiar y objeto de vergüenza social.

Si. Ya sé que ahora es distinto.

Los hijos no pueden hacerse cargo, se ve y todos son parabienes de los hijos, dando cuenta de lo bien que están allí, rodeados de personas de su misma edad. Comen poco o mal, pero ya se sabe que al ser tan mayores no conviene que se harten. Modestia y frugalidad y sobre todo no ir a verlos mucho, porque no conviene a su salud psíquica. !Qué cosas!.

Debe estar bien porque así cuando llegan las fiestas, las vacaciones el abuelito o la abuelita no molestan. ! Están tan bien en la residencia!

Me apresuro a pedir perdón por si he molestado a alguien. Casi todo ahora se resuelve pidiendo perdón o disculpándose públicamente y de esta forma la culpa, si es que la hay, recae virtualmente sobre el que ha pedido perdón…y la vida sigue igual. Hasta pronto, si acaso.