¡QUE PAGUE EUROPA!
Que el calor está apretando no es una noticia o solo se convierte en noticia cuando pasa de los 40 grados, como ya ha ocurrido ayer en un pueblo de la Comunidad; la gente sopla y es motivo de comentario, aunque he de decirles que desde que yo era pequeño- o sea hace mucho- en las escaleras-no todos los edificios tenían ascensor- y más tarde, unos veranos adelante, en el ascensor, los que se acompañaban en el viaje del sube y baja no hacían sino referirse al calor abrasador o al frío irredento cundo era invierno.
De ahí es de donde yo he extraído la observación literaria de que en los ascensores solo se habla del tiempo o en todo caso se establece un silencio marcado por el correr de los pisos, que la botonera en su versión moderna, marca sobre una pantallita. Y nada el silencio se adueña del ambiente cerrado adornado ahora con una mascarilla
Sin embargo, ha surgido un rumor que recorre ascensores, escaleras, calles y jardines.; se trata de intentar averiguar quién va a pagar todos los dineros que este honorable Gobierno populista, ha prometido día sí, día no.
Yo tengo la secreta convicción de que seremos los de siempre y de hecho ya se habla de subir impuestos, de subir el IVA y de subirlo todo.
Como estamos en fase reconstructiva nacional yo propongo estudiar la tradición en materia de rogativas.
¿Se ha rezado bastante para que el asunto no recaiga sobre nuestras espaldas? ¿Se han convocado a los que saben de sortilegios para atacar esta ausencia de liquidez?
¡Quién no recuerda aquellas procesiones que atravesaban los pueblos pidiendo que nos visitase la lluvia?
Se llevaba una Virgen local o un Cristo especial y el cura del pueblo encabezaba la procesión seguido de sendas mujeres vestidos de negro- color de moda en la España de los 50- que entonaban salves y rezaban rosarios interminables y, oiga, a veces llovía.
No pasaría nada si en Madrid y desde la Moncloa se habilitasen sendas andas para llevar a figuras de imitación “fallera” de la Sra. Merkel y de alguien de Holanda, un jefe mayormente y todos pasarían por delante de las Embajadas y en vez de rezar- los extranjeros son muy ateos, ya se sabe- se acompañarán las peticiones con el himno de la alegría muy europeo él y se debería cerrar con bailes regionales al estilo de Educación y Descanso.
Invitando a acompañar con grupos de bávaros bebiendo cerveza y otros ahumando salmón, para dar un toque internacional y para que se sepa que nosotros conocemos las debilidades y virtudes de esos barbaros descendientes de vikingos.
Por otra parte, tengo cierto temor a que resuciten en ellos sentimientos contra nuestros Tercios que en su día les dieron para el pelo.
Pediremos perdón que ahora está de moda por todo en general y por eso también,
La cosa es que suelten la mosca y si hay que nómbrarles falleros de honor lo haremos.
Mire usted por probar no cuesta nada. Ahí tiene usted, por ejemplo, a D. Silvio Berlusconi con sus 83 años que se ha echado una novia de 30 y ha despedido a la anterior mediante una especie de comunicado de prensa.
El tío está que se rompe y tiene una autoestima que para mi y mis vecinos- por poner un ejemplo querría yo.
O sea que además de los viajes previstos por nuestro presidente y ad lateres insisto en la puesta en marcha de procesiones con rogativas.
Algunos establecimientos de gerencia china nos venderían banderas de esos países e incluso trajes regionales.
Sé que hay contratados sendas docenas de sabios economistas por el Gobierno para que nos cuenten lo que ya sabemos. Que estamos jodidos, que vamos a más, pero que no hay que perder la esperanza y que además ha vuelto el futbol y eso distrae mucho.
Ya me contarán. Yo mantengo la distancia social y me he comprado un pañuelo de blanco grande para saludar y evitar errores o no de protocolo. Caso Portugal en la apertura de la frontera. Un asunto para puristas.
El mundo fluye y se olvida de sus tradiciones. Aquí estoy yo, por ejemplo, para recordar lo de las rogativas que tampoco hace daño a nadie y así damos un paseo todos y volveremos a vernos las caras o lo que queda de ellas con la mascareta puesta.
Bis margen o sea hasta mañana a lo mejor.