“I have a dream”
Año 1963 28 de agosto y Martin Lutero King habla, bajo la sombra del Lincoln, a una inmensa multitud acerca de la necesidad de seguir la lucha por la igualdad en los derechos civiles y todo lo que de ello se pueda derivar.
Eso era en 1963 y hoy, en el año del Señor, las calles de muchas ciudades americanas, según nos enseñan las cadenas de televisión (también además de noticias, un desliz subliminal para darnos un toque en el sentido de lo bien que estamos aquí) andan a tiro limpio por lo que parece una violencia policial.
Este Estado nuestro es, dicen, bastante garantista (tanto que hoy no he reaccionado todavía al ver como una okupa le decía a la propietaria de la vivienda que ella había ocupado “hable usted con mi abogado”)
Volviendo a la violencia, a veces gratuita, supongo que los expertos nos pondrían explicar la razón.
Aquí presumimos de no ser racistas, claro que no tenemos en cuenta en exceso a la etnia gitana, a los” moros” (llamados así históricamente) y ahora ha surgido una inmigración procedente de Suramérica a la que no tenemos demasiado en cuenta, pese a que trabajan con y para nosotros)
El fenómeno de la discriminación y la violencia que surge tiene muchas RAICES y una cierta supremacía nos va, o ya estaba instalada en la sociedad y desde generaciones atrás.
Creo que esa discriminación ahora no solo lo es con los “extranjeros pobres” (por así decirlo), también lo es con aquel que no tiene recursos y en este campo tenemos mucho que hacer y la educación y el ejemplo de las familias es una fuente en la que beben los niños.
Papás y mamás, profesores y coordinadores, gobierno y autonomías, enseñantes hay mucha tarea.
No hace falta para respetar al otro, santiguarse 10 veces cada día, ni ser lo que siempre se ha llamado “meapilas”, se puede ser cristiano o creyente en otra religión y ser respetuoso y atento.
Termino diciendo que la foto de un joven de 17 años con un fusil de asalto en Missouri que había matado a dos personas la noche anterior me ha sobresaltado y decía a preguntas del reportero que él había salido allí porque se sentía en la obligación de respetar y hacer respetar los negocios de sus vecinos.
Complejo eso de tener armas tan fáciles de adquirir.