AHORA LO COMPRENDO
Llevo algún tiempo preguntándome por la fusión política que nos ilumina cada día con una noticia nueva.
La familia de conveniencia entre el Sr. Iglesias- como cabeza papal de sus creyentes y el actual presidente del Gobierno que ha redescubierto a la teórica “izquierda extrema”, funciona y parece que llena de emoción a las huestes modernas del socialismo de nuevo cuño. Desconcierta a la vieja guardia que, por cierto, se limita a elevar la voz y a señalar a la Monarquía como fuente de equilibrio y garantía de futuro y nada más.
Puede que el presidente crea que son un lastre y los deje” morir” políticamente; a veces sonríe, pero él avanza como una locomotora.
Eso se ve.
En mi interior surge, como una llama de incomprensión, el dilema de un si programático y la evidencia de un no hacer caso a lo que antes parecía verdadero e ilusionante.
En roman paladino.
El Sr. Sánchez no tiene inconveniente en decir una cosa por la mañana y la contraía por la tarde.
Eso es cintura flexible o como se ha llamado antes “pasteleo y cambio de chaqueta”
O sea que es un tipo normal, casi como nosotros, es una copia, una fotocopia de la ambición desmedida y de tomarle gustito al sillón presidencial
Me refiero siempre al equipo de Gobierno y a su jefe “killer” -término utilizado por un Sr. que `pertenece a la Real Academia y que se llama Pérez Reverte- el llamado “killer” no es otro que el actual Presidente de Gobierno D. Pedro Sánchez que “·mata”, como un iluminado, a quien le haga sombra o utiliza a su antojo a quien le interesa y todo con el evidente plan personal de `permanecer sobre el colchón, que cambió por la noche del día en que se ratificó como presidente.
La Nación está perpleja, anestesiada, inmersa en la preocupación de seguir vivos.
Si analizamos su comportamiento público tiene uno la sensación de que, ciertamente, hace cualquier cosa para sobrevivir en modo monclovita y sentar allí sus glúteos, hasta que del cielo caigan ranas.
Pues mire usted yo lo comprendo.
¿Cómo he llegado a esa conclusión personal?
Buceando en noticias, comparando comportamientos -y como muestra de ello- me remito a la siguiente noticia.
Ningún guion de culebrón televisivo podrá igualar jamás a la intrincada maraña de relaciones que ha impulsado la evolución humana. A lo largo de decenas de miles de años, la especie a la que todos pertenecemos, Homo sapiens, se ha cruzado íntimamente con otras emparentadas, posiblemente en varias ocasiones y en distintos puntos del planeta. El último personaje de esta apasionante trama hizo aparición el pasado agosto, cuando un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania daba a conocer la existencia del primer homínido descendiente directo de dos especies, una hembra procedente de Siberia que tuvo una madre neandertal y un padre denisovano
O sea que esto de maridarse no es nuevo y me refiero a la< tendencia general nuestra de asociarnos con quien nos guste o sirva para llenar el saco de nuestras ambiciones.
Debe ser genético.
Yo creo que el presidente analiza el transcurso del día a día con su gabinete, con su jefe de este o a solas, en el cómodo dosel de su habitación y mientras el frío de una economía, cada vez más alejada del estado del bienestar prometido avanza, lo nota por lo que le dicen; nuestro “killer” piensa en él y cual debe ser el próximo paso.
De momento llama a Casado, que se debate internamente con los que en su sede están por hacer cama redonda con los “Vox” que están envalentonados y trata de dejar atrás los casos de corruptelas que atribuye a otro PP, intentando dar una nueva imagen.
No es fácil la decisión.
Bascula entre llamar a Abascal o ir por libre creyendo que él es el depositario de una llama conservadora. También él quiere permanecer en su sillón opositor.
No he encontrado a nadie que diga nada de la sufrida clase media, de los ancianos que sobramos, de los pequeños comerciantes que van cerrando sus tiendas.
Solo existen para volcar sobre ellos noticias de ayudas que no llegan.
Ante este panorama yo comprendo que el presidente esté dispuesto a pactar, a fusionarse con quien haga falta para hacer creíble su pantomima democrática.
Es humano, es convenenciero, un poco poliglota y va a Europa a ver que nos dan.
La fortaleza del ano de los españoles es evidente por el uso contra natura que se hace de nuestros votos.
Pese a todo yo soy optimista lo que no deja de ser un signo de imbecilidad percutiente.
Yo antes era jacobino. Ahora soy un superviviente. ¡Qué le vamos a hacer! Por eso digo que lo comprendo. Saludos en este día del Señor.