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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

DE LA SALUD

Es el caso que esta columna fue escrita para una amiga farmaceutica para su web, en La Coruña y  la he mandado después a LOCLAR de Onteniente y me he atrevido a llevarla a mi “La Chispa” porque he vuelto a su contenido y  he vuelto a estar de acuerdo con la necesidad del desarrollo de la definiión de la OMS y la necesidad de lo que debe ser LA SALUD que tanto cuesta alcanzar y que no es solo la ausencia de enfermedad. Veo cada día como los vecinos y el resto está inmeerso en un proceso de abandono y caen en la desmotivación. Esa es la razón.

DE LA  SALUD
Nunca como estos días se habla tanto de salud. Algunos dirán que este término está siempre flotando en el constructo colectivo y por eso muchos-hasta los antropólogos- analizan contextos donde aparece el término como el refranero popular.
Siempre se ha dicho que el refrán se ha constituido en base de la sabiduría popular.
Se dice “salud, dinero y amor” y se expresa en esos términos donde la salud ocupa un primer lugar.
¿De que serviría el dinero si quien lo tiene está bajo los efectos de una enfermedad que le impide disfrutar de esos caudales?
Es cierto que el amor ha generado también infinitas frases como es de “contigo pan y cebolla”. Si. Habría que verlo,
¿Cuánto tiempo podría durar un amor que, siendo al principio sublimado a través de las miradas al ser amado, se encontrase cada día con la dificultad de cubrir las mínimas necesidades? Prefiero no pensar en ello.
Como parece que el término salud gana en la consideración de las personas por estar en primer lugar de los deseos convendría a mi juicio consultar algunas definiciones. He considerado esa perspectiva y lo hecho hasta que he encontrado una, llamémosla definición universal; se trata de la ofrecida por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que dice así:
“La salud es un estado de perfecto (completo) bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad”. La SALUD, según la definición que la OMS hace del término, es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Creo que un análisis del texto de la OMS nos puede servir para ampliar el concepto y a partir de ahí volver a preguntarnos sobre nuestra propia salud y la de otros.
Es decir que no solo se trata de sentirse, una mañana cualquiera o siempre, bien porque no me duele nada. Hay algo más. Existe la posibilidad comentada por multitud de expertos acerca de la importancia de la estabilidad emocional sin cuya estabilidad cabe el riesgo de iniciar un proceso que traspasa lo “anímico” hasta empezar a sentir ciertas molestias físicas que van evolucionando progresivamente de tal suerte que lo físico y lo “anímico” van constituyendo un estado DE MALESTAR INDETERMINADO que termina por despistar a los médicos de cabecera acabando en manos de especialistas.
Tenemos un ejemplo (esto lo digo con la mayor de las reserva y respeto a quienes lo padecen) y me refiero a la fibromialgia que tantos folios rellena. Algunos reumatólogos han llegado hasta la fatiga clínica y el hecho es que la Seguridad Social se las ve y se las desea para aceptar el diagnostico.
Obsérvese además el hecho de que la OMS no ha descuidado un aspecto de la salud de gran importancia y es el equilibrio de lo social. Yo entiendo que el ser humano, claramente calificado como ser “social” no puede descuidar la necesidad, digámoslo as´, genética de vivir, rodearse, establecer vínculos con los demás, con los de su especie.
De hecho, se considera a la soledad como un elemento perturbador y una puerta a perder la razón.
No olvidemos que una tortura clásica es la de imponer el aislamiento como una medida de presión que hará que el individuo sometido a ella terminará por “claudicar”.
¿Entonces? Nada. Que cuando hablemos de salud debemos tener en cuenta lo dicho aquí como una especie de mantra.
Antes de decir estoy bien, o estoy sano, referido a nosotros o a otros tendríamos que sospesar los otros dos términos de la definición. Lo psíquico y lo social.
Por cierto, en estos tiempos pandémicos se sabe que lo social está fallando por mantener la salud,
¿Qué hacer? Reforzar, digo yo, los lazos a través de las nuevas tecnologías que no resuelven, pero ayudan a mantenernos conectados.
Si ya sé que es virtual. Que le vamos a hacer. Menos da una piedra. Buenos días

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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