EL RETORNO
EL RET0RNO
Desde el día uno de septiembre los medios de comunicación han encontrado un filón distinto a la pandemia y a la evacuación de `propios y extraños desde Kabul.
La evacuación ha sido elevada a la categoría de victoria, por quienes manejan los hilos de la información. Tras veinte años allí no ha habido nada que rascar.
Se trata del retorno a casa, al trabajo, de algunos millones de compatriotas.
Observo con curiosidad como muchos se saludan como si no se hubiesen visto en años.
Tras este reencuentro surgirá el “invento” del síndrome postvacacional, que permite declaraciones de todo tipo de esa “esclavitud” que sienten los que tienen trabajo.
Siempre se ha dicho que el trabajo es un bien supremo que permite- quizás eso era antes- sobrevivir y otorgar la libertad. Un concepto de la libertad muy curioso que te da para escoger una hipoteca sí fuera el caso, según la edad que tengas, o para cambiar de compañía suministradora de energía eléctrica.
La alegría que se siente está compartimentada porque no es plena.
Especulo. ¿Podría ese contento deberse a que ya estás vacunado y sigues vivo? ¿Será que al volver todavía mantienes el puesto que tenías cuando te fuiste de vacaciones? .Sí. eso es como si te hubiera tocado la terminación de la lotería.
¿Tiene, el que está muy contento, hijos en edad escolar? Los libros del año pasado, los del hermano, no sirven y hay que cambiar el uniforme.
Es entonces cuando el gozo de la vuelta se va filtrando, deviniendo en inquietud y nuestro gozoso padre de familia vuelve a tener la cara que tenía dos meses antes; pero es animoso y trae a su memoria algunas fotos que ha tomado en aquella excursión al ir al río o las risas con el agua del mar, que no está tan caliente como le habían dicho.
Fogonazos que se convierten en recuerdos y le entra una mezcla de tristeza; la han bautizado con el “síndrome postvacacional” y debe ser así, porque todo el mundo se ocupa del mismo.
No pasa nada porque el sábado el equipo de su infancia, del que es seguidor, aunque lleve una racha de goles encajados, ha ganado. Pronto llegará la Navidad. ¿No?