PAGAR CON SEXO

Siempre se ha juzgado mal al cuñado y a la suegra. No sé sabe porque, pero forma parte de una tradición que se pierde en la noche de los tiempos y recientemente se ha revalorizado para mal el papel del cuñado- hago excepción del llamado “cuñadísimo” de la época franquista al Sr. Serrano Suñer, casado a la sazón con una hermana de la esposa del general Franco, y de una importancia decisiva en las relaciones con Alemania en la etapa del nazismo y creador de la oferta del envío de la División azul para luchar en el frente ruso codo con codo con los alemanes al que llegaron andando, por no haber logística para su llegada ,allí a 10 Km de Stalingrado, aunque está es otra historia de manera que vuelvo al origen de lo que anuncia el titular de la columna.

El Tribunal Constitucional ha admitido que es posible pagar una deuda con sexo oral. El alto tribunal considera que este tema “no tiene importancia constitucional suficiente”, por lo que ha archivado el caso y, a su vez, ha avalado la resolución previa de la Audiencia de Palma, que no consideró delito saldar una deuda monetaria entre adultos mediante relaciones sexuales.

Según ha recogido el periódico Última Hora, la historia se remonta al mes de septiembre del año 2019, cuando una mujer con problemas económicos importantes decidió pedir ayuda a su excuñado, un varón de 58 años. Tras establecer las condiciones de la deuda, la mujer recibió un ingreso en su cuenta de 15.000 euros. (fuente Libertad digital)

Cansada de esa exigencia que suponía estar a la felación de dos o tres veces por semana, la excuñada denunció el caso e incluso este llego al citado Tribunal Constitucional que la ha rechazado.

De esta sentencia hay que tener siempre en cuenta el acuerdo al que se llega entre deudor y acreedor.

Hay multitud de casos en los que al margen de este peculiar pago en los que el pago con especie de una deuda es posible.

Lo que llama la atención es el tipo de pago en este caso.

En una suerte de acuerdo como el que aquí se cita muchos pensábamos que eso rozaba lo inmoral y el abuso, pero visto lo visto no parece ser así y no es más grave que el acuerdo de un agricultor que, imposibilitado de pagar unas simientes, una maquinaria paga con tomates, peninos o caquis y obvio las naranjas porque probablemente y dada la actual rentabilidad de los cultivos de ese cítrico, otrora signo bastante de riqueza, no llegaría a pagar en su vida la deuda

Y es que por lo visto Sudáfrica además de variantes del virus nos hace llegar naranjas que nuestros solidarios comerciantes pagan sin rechistar e incluso aseguran, algunos con la cara más dura que el cemento, que son de aquí.

En resumen, sugiero se tenga cuidado de quien recibe el préstamo y a que se compromete uno para pagarlo. ¡Cosas veredes Mio Cid ¡.