LA VENGANZA

Estos días los huesos del arqueólogo inglés Carter estarán removiéndose de vanidad. Hace 100 años, en el último esfuerzo por intentar encontrar “algo” en el Valle de los Reyes y cansado su protector financiero Lord Carnavon al ver que de las excavaciones no “salía” prácticamente nada estaba a punto de retirar la subvención , cuando Carter acometía el último cuadrante del amplio espacio acotado par excavar, dieron con la tumba, donde los primeros doce escalones que lo esperaban allí desde hace 3000 años .La tumba del faraón estaba intacta lejos de los saqueadores.

Lo que a mi me sorprende y me sigue intrigando es lo que se ha dado en llamar “la venganza” del faraón por las muertes que causaron en poco tiempo en aquellos que habían intervenido directamente en la excavación. Se ha hablado de hongos tóxicos y mortales. (a lo mejor por eso yo no como nada que se parezca a un hongo, aunque este sea el modesto champiñón). Cosas mías.

Este asunto me da pie a pensar en la venganza. ¿Qué es la venganza? Una ligera aproximación al concepto sería:

La venganza consiste en la justicia que ejerce una persona o grupo en respuesta a una mala acción percibida. Vengarse se interpreta como “equilibrar la balanza”, y ello tiene como consecuencia que muchos aspectos de la venganza se asemejen al concepto de justicia, haciendo que la diferencia entre los conceptos de venganza y justicia puedan parecer difusos.

Habían pasado 3000 años y el faraón estaba allí esperando.

El deseo de venganza sigue estando vivo y hay sociedades actuales en las que pervive. Albania, Islandia, los clanes de etnia gitana y hay estudiosos de la salud que creen que si no se consume el rito vengativo perturba a los ofendidos maltratando su vida. Se trata de un deseo reprimido Los ejemplos de estos días nos demuestran esta situación.

El actual Gobierno de España ha iniciado una “vendetta” contra los que, empujados por la victoria por las armas en la Guerra Civil española, se otorgaron la licencia máxima de ser enterrados en lugares calificados como sagrados.

El gobierno actual tiene como una especie de peso en la espalda por aquella derrota guerrera y sus fatales consecuencias en la contienda y en la posguerra, dejando por el camino lagrimas negras de desolación y de injusticia-

Esa podría ser una de las causas, no la única, de este vendaval de exhumaciones que empezó con Franco y ha seguido con Queipo de Llano y Bohórquez, general auditor firmante de miles de condenas a muerte y que seguirá con Moscardó y otros capitostes del régimen que ganó la guerra.

¿Es venganza real esto que sirve para aplacar las conciencias de los que perdieron a sus familias o es una maniobra de distracción de un Gobierno que tiene muchos asuntos pendientes y trata así de distraer y darle “cuartelillo” a una noticia perdida en los años y que a su vez lo hace desenterrando de lo que se ha dado en llamar “tierra sagrada”?

Que la vendetta es un hecho actual se puede leer en los acontecimientos que enfrentan, decía antes, a clanes que por cuestiones de honor se entrecruzan disparos y dan como resultados muertos y sigue la cadena.

Eso sucede de forma pública. ¿Cuántas venganzas están sin resolver anidadas en los recovecos de algunas almas cocidas a fuego lento por el tiempo que pasan de padres a hijos?

¿Son los Gobiernos pasto de esas circunstancias? ¿Estamos ante una retorica que manipula esos sentimientos para satisfacción oxidada a de quienes hablan de pactar y al tiempo se toman unas copas librando a La Almudena de dar sepultura a aquel que pronunciaba discursos amenazando a las hijas con ser violadas para que conociesen la potencia de los machos que venían desde África?

¡Con tantas cosas por hacer en este instante!