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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

CUIDADO:CENAS DE EMPRESA

CUIDADO: CENAS DE EMPRESA
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, es la Ley del solo sí es sí. Esta en vigor desde este otoño y pone el asunto de las relaciones hombre-mujer cada día más difícil.
El Confidencial del pasado día diez, firmado por Irene Cortés, también publica en las redes un reportaje que permite profundizar, más si cabe, en las condiciones que el empresario, en este caso, debe tener en cuenta para evitar caer en la trampa mortal de una multa.
Al parecer la empresa debe tener un protocolo de prevención de violencia sexual dentro y fuera del entorno estricto del lugar de trabajo.
¡Hasta aquí la conducta desordenada en materia de flirteo puede caerle al empresario!; aunque él no haya sido el sujeto activo.
Sí a eso añadimos el que las miradas lascivas de ellos sobre ellas también son objeto de penalización, el estigma machista está servido. Más leña. Es la guerra.
Contra las miradas lascivas aconsejo gafas de sol y contra las cenas de Navidad, que están en fase de auge, tras una pandemia confinadora, lo interesante es no ir o volver a “los chicos con las chicas y las chicas con las chicas”.
” Anem a mes”.
Imaginemos que en la cena empresarial y navideña el ambiente se relaja y Marco, por dar un nombre, va alegre con el vino de la tierra y los langostinos de piscifactoría y en un intento de aproximación a una compañera, que él cree que la ha hecho ojitos, desliza la mano y la aproxima a la rodilla de Antonia que es abstemia; el momento es critico cuando ella lanza un grito una octava más alta de lo normal.
¿Quién levanta acta de ese intento? ¿Qué dice el protocolo sí lo
hay?
Entretanto la, o el responsable del comité, toma nota y redacta un parte que hace llegar al empresario que a lo mejor está en Arkansas o en el Camerún.
¿Qué debe hacer el empresario tras haber sobrepasado el límite de improperios “tacosos” que le hace a él responsable, sin haberse comido una maldita rosca en este asunto?
¿Debe agotar las reservas de vodka o güisqui, mientras espera sentado a que le caiga un puro justiciero por la maldita mano de Marco “el tocón” que además tampoco se ha comido rosca alguna?
¿Estamos sobrepasando el límite del normal deseo de la especie de “hacer manitas” con el sexo opuesto?
Estando el que esto firma de acuerdo con que el abuso sí no hay consentimiento, debe ser castigado con el máximo posible de pena, no es menos cierto que el “sí de las niñas” está cada día más complejo de obtener.
¿Cómo hacer, sin que se rompa el normal romanticismo posible en el cortejo, para evitar que de ello se derive una pena por el hecho de que ella, se han dado casos, diga después que ha sido forzada?
Se debe institucionalizar un protocolo previo al acto sexual, si lo hubiera.
Un modelo escrito en el que la dama deje claro que el varón ha accedido con su consentimiento a ella misma.
No veo claro el asunto. No veo como cuando está a punto de producirse el primer beso, él diga: un momento cielo y en ese instante sacase del bolsillo un documento al efecto y le diga: ¿te importaría firmarme esta autorización?
Estoy seguro de que un frio glacial deja en suspenso el contacto labial, y es más hasta él recibiría un epíteto nada complaciente a sus oídos.
La demografía en España arroja un saldo negativo y yo no digo que tenga la culpa el ministerio de igualdad compuesto por personas que han asumido el rol de dotar de escudos protectores a las señoritas en edad de merecer.
¿Hemos iniciado una aventura regresiva en el normal comportamiento de la especie?
El asunto no pinta bien. No veo a ellos convertidos en trapenses y a ellas en monjas de clausura. La cosa no va.
Creo que sería más fácil asumir el papel que la propia naturaleza ha dado a nuestra especie y sí alguien no lo cree y aprovechando otra ley posible, la del bienestar animal, que se ponga la Dos que emite documentales.
Ahí es donde se demuestra el comportamiento de los animalitos del Señor en esta y otras materias.
Mejor sería obviar la violencia peliculera que nos dan tiros, asesinatos y noticias sin parar que harían las delicias del antaño “El Caso”, periódico dado a la sangre y el dolor.
¿No tenemos bastante con la realidad gubernamental cada día? Yo ceno en mi casa. No tengo edad para poner la mano en la rodilla de nadie y no quiero perjudicar al mediano y pequeño empresario que no tiene protocolo. Feliz Navidad, por cierto.



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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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