ANIMANDO EL COTARRO

Se ve que la cosa está en materia de nervios desatada. me refiero no solo al asunto de la investidura y sus consecuencias. El Rey ha optado por la razón objetiva. Usted preséntese aquí con lo que tiene pactado y así me daré por enterado y no solo me diga que lo tiene y que luego los que han pactado no vengan por aquí a corroborar. ¡No es eso! ¡No es eso!

Ya se verá el 26 y el 27.

Vuelvo a la ciudad. De momento el Ayuntamiento desea animar a los mercados municipales y pone a subasta del orden de 300 puestos mayormente destinado al pescado.

Se ve que comemos poco pescado y es que está por las nubes como ya señalaba nuestro insigne e internacional pintor Sorolla con aquello de “que luego dicen que está el pescado caro” y también digo yo serán puestos para frutas, verduras etc.

Se nota que hay mucho cierre.

El caso es que mientras llegas a cualquiera de los mercados te tropiezas con diez fruterías, regidas por personas que quizás tienen alguna ventaja fiscal, permisiva etc. por ser extranjeros. Digo yo.  Está bien. Me alegro por ellos. Creo que además de subastar el sitio, quizás una política de revisión de precios sería de gran interés.

Sin embargo, en España ahora el que da juego es Rubiales. Ya no. Adios.

Mi amigo José María que me ha enviado unas fotos donde se ve a Yolanda Diaz amarrando a quién se pone por delante con las manos en la nuca del oponente y plantándole dos besos por mejilla. Y ahí está.

Ni el besado, vía Diaz, ni Jenny “la campeona”, les han hecho la cobra.

Este Rubiales parece ser un salido y se concentraba mayormente en las damas campeonas a las que besa y alza por las corvas sobre su hombro.

No lo he visto darse el pico con ninguna vetusta espectadora. Además, según he visto, se tocaba sus partes a modo, cuando alguien hacía una buena jugada. Ya no.

Se olvidaba el protocolo con la reina allí a 50 centímetros y el tío rascándose las pelotas. Ya no.

No se sacaba mocos de la nariz por tener las manos ocupadas. Adios.