NO LO ENTIENDO
Es necesaria una reflexión profunda para distinguir lo que uno lee, asume o no y su posterior entendimiento. ¿No?
Comprender los hechos es complejo, sobre todo si no los objetivamos.
Podemos entenderlos y no estar de acuerdo, lo que es insuficiente para patalear indiscriminadamente, como es ahora frecuente; digo esto porque recuerdo ahora el caso del cofundador de Podemos el Sr Monedero llamando imbécil, asqueroso etc. a un diputado del PP.
No parece propio de un sujeto que exhibe su titulo universitario.
Quizás le lleve a eso su frustración por la pérdida de influencia del partido que él llegó a cofundar y que tuvo momentos de gloria, hoy perdida y subsumida en el mega complejo de partidos, bajo las siglas de SUMAR.
No entiendo esa salida propia de un individuo colérico, incapaz de sujetar sus sentimientos y su lengua. Allá él.
Parece que eso le ha venido bien en su día dando lecciones revolucionarias en algún lugar de Sudamérica. Y ha engrosado sus facturas. Bien
Mal ejemplo para los jóvenes que hoy repasan sus lecciones, si fuera el caso, en la Universidad.
Últimamente nos reímos mucho, o algunos ríen bastante, de los contenidos de algunas intervenciones de muchos de nuestros políticos, hoy en activo de interinos, o incluso de aquellos que están en la oposición ya claramente instalados.
La investidura fallida tiene la culpa y no los votos ganadores. Cosas de la Ley electoral en uso.
Por ejemplo, me refiero a la ministra Yolanda Diaz cuando nos “vendía” la oportunidad de que todo individuo a determinada edad, y por tenerla recibiese una “herencia social” de veinte mil euros.
Se olvidó de la fuente de sus desvaríos igualitarios al no citar al economista francés Piketty autor de un libro titulado “El capital en el siglo XXI”, que yo no he leído, y que alcanzó la no despreciable tirada de 2,5 millones. Lo señalo por la crónica publicada en el País, página 3 de “En portada” en el suplemento interior de IDEAS el domingo pasado; fue un superventas en los USA y que recomiendo leer.
Sería más fácil de hacernos entender si nuestros lideres nos dieran pistas del origen de sus pensamientos, de la fuente de sus ideas que, a veces, pueden llegar a ser propias.
Ahora por ejemplo estamos en pleno debate sobre los orígenes de la guerra entre el estado de Israel y Palestina.
Yo leo los diversos comunicados que se han difundido sobre la venganza y el derecho internacional.
Toda guerra me parece injusta y para intentar juzgarla objetivamente desplegamos conceptos, frases, que son sensiblemente iguales.
Yo no pretendo que cada uno de nosotros seamos historiadores amantes de la geopolítica, lo que no estaría demás, por cierto. Así que recomendaría leer un poco de historia acerca de los sufrimientos de uno y otro país en su origen para buscar las raíces de este conflicto que tiene como fondo inmediato al terrorismo que traspasa fronteras, rompe familias y llena de sangre a familias enteras.
Esta semana discutiré en un grupo la Ley del Talión, esa de “ojo por ojo”. No sé qué pasará.
Habrá que hacer un repaso con los ingleses de turno en la época de la fundación del Estado judío, con los palestinos que compartían tierra y trabajo en los territorios que veían cada amanecer levantarse juntos a la salida del mismo Sol.
Yo me conduelo por las muertes absurdas y tengo amigos judíos a los que respeto y admiro; pero no puedo aceptar que las gentes de Gaza civiles ajenos a la acción de Hamás sufran la fuerza implacable de la eliminación, con un territorio cerrado en sus salidas, salvo la de la frontera con Egipto.
No entiendo como se ha llegado a esta situación como tampoco entiendo el conflicto secular entre Rusia y Ucrania.
Pensemos en los fabricantes de armas que ya se están lucrando y pensemos en cómo, cada uno en su nivel, asume una incertidumbre por la posible escalada de esos conflictos que, por cierto, ¡ha llevado a nuestro vecino francés a sacar más de 7.000 soldados a las calles para evitar, vigilar y actuar contra posibles brotes antisemitas …Ah! Parece que hemos quitado una bandera musulmana del las Torres de Serranos en Valencia el otro día ¿Una curiosidad? ¿Una broma? ¿No? No lo entiendo.