DE WATERLOO A LA MONCLOA
DE WATERL00 A LA MONCLOA
La batalla de Waterloo se produjo el 18 de junio de 1815 al sur de Bruselas (Bélgica). Se enfrentaron el ejército francés comandado por el emperador Napoleón Bonaparte contra una alianza de los ejércitos británico, alemán. Napoleón acabo en Santa Elena envenenado por arsénico, dicen, y solo.
Ahora en la misma ciudad, el nuevo emperador Puigdemont está ganando la batalla al huidizo presidente en funciones que, euro a euro marca el camino a su palacio, que, aunque no quiera es de cristal. Es decir: se le ve el plumero.
Supongo que, en su colchón casi nuevo, le dice a su esposa Begoña. Bego en política todo vale.
No. No vale todo porque en el camino te dejas los principios éticos que el PSOE, dicen, que en 140 años ha defendido, como es la igualdad entre los hombres.
¿No son iguales los andaluces, los murcianos, los valencianos, los extremeños a los catalanes adscritos al criterio de “la pela es la pela” o al “quien no llora no mama”?
El juego de póker que juega ERC de una parte y Junts de otra, acorralan la ambición de Sánchez, que cede a cualquier precio, que no paga él, por cierto.
Luego está la discusión que mantengo con un grupo de tertulianos acerca de la complicidad posible del Rey en este asunto.
Si firma, rubrica su adiós.
A estas alturas de redacción de esta columna, no sé si finalmente las apuestas por sacarle a cada vuelta de tuerca un millón más y diez amnistiados, sea cualquiera que sea su condición terrorista desde CDR a Pujol sacamantecas del dinero público, han variado o no.
Las decenas de miles de voces gritando un NO a la amnistía no parecen servir de nada.