ADIVINOS DEL FUTURO
Existe un organismo llamado CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) cuyas funciones son:
1. Realización de estudios que contribuyan al conocimiento científico de la sociedad española.
2. Realización de estudios que contribuyan al conocimiento científico de la realidad social de las diferentes comunidades autónomas.
3. Realización de estudios que proporcionen diagnósticos sobre situaciones y asuntos sociales y sirvan de orientación a los poderes públicos en sus iniciativas normativas y ejecutivas
Este organismo está dirigido hoy por José Félix Tezanos Tortajada (Santander, 5 de agosto de 1946) es un político, sociólogo, escritor y profesor español, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desde 2018.(fuente Wikipedia)
Afiliado al partido Socialista desde 1973 no parece contar con la confianza de quienes consultan los resultados de las encuestas dirigidas por él.
La prueba final de esa desconfianza reside, entre otros factores, en el hecho de no haber “acertado” en los resultados de las europeas.
Eso nos lleva a la consideración colectiva del deseo general de querer saber qué nos depara el destino inmediato y lo extendemos hacia el futuro como si en realidad estuviera en nuestras manos el arte de adivinar.
Yo he sido practicante a escala doméstica de algunas artes adivinatorias con resultados deplorables. Soy un Tezanos venido a menos.
No obstante, no cejo en esa ilusión adivinatoria. Es como si fuera un economista que, cual forense, nos indica a toro pasado de qué vamos a morir económicamente hablando, aunque siempre con un punto de esperanza al compararnos con la Europa de antes de las elecciones. ¿No?
Pregunten a Macron o a Le Pen. Se acostaron demócratas y se han levantado casi a los pies de los nietos de Adolfo Hitler, por señalar a alguien conocido.
He desechado el tarot- las cosas evolucionan- y ahora me trabajo la interpretación de los posos del té y he desestimado las estrellas, mayormente porque no sé nada del cosmos y no me fío de mi mismo a la hora de orientarme.
Otros practican el viejo testimonio de la lectura de las vísceras de algún animal sacrificado. Yo me cuido de los animalistas y me alejo de la cosa visceral que me da un poco de asco.
El té, insisto, es más ecológico y estimulante con su teína a punto de caramelo, caliente en invierno y frío en el “estiu”.
Debo añadir que antes de hacerme interprete de posos del té yo consideraba esa bebida como una pócima inglesa casi medicinal y luego por haber leído la importancia que tuvo para el Imperio británico me daba rabia íntima.
He cambiado.
He tenido un periodo de resiliencia adivinatoria. Antes del té investigue la dirección y forma de las nubes en la Comunitat a pie de playa y fue una señora mayor paseante que al verme un día sí y otro también mirando el cielo, en posición casi de firmes, se atrevió a preguntarme por lo que miraba(las señoras mayores y los señores también, preguntamos casi todo sin rubor alguno) y yo le dije: “trato de saber qué va a pasar mañana, adivinar el futuro” y ella con media sonrisa me dijo :”si no se pone usted una gorra tendrá una insolación”.
Fue definitivo. No he vuelto a mirar al cielo valenciano, tan azul y claro, sin gorra. He optado por algo más cómodo como es el té a la sombra y sentado frente a eso que llaman un velador.
Estimado Sr. Tezanos yo sé que usted no necesita ni vísceras, ni té, ni nubes, ni tarot, ni nada. Se equivoca como todos…eso sí a favor del presidente del CIS que, por cierto, es el Sr. Sánchez.
Mi abuela primero, mi madre después, mi mujer ahora, saben más. Cuando algún “baranda” ministerial dice que el aceite va a bajar o la gasolina, van y compran más.
La historia les da la razón. Son más listas que yo, pero menos que Irene Montero que se ha asegurado una “pastizara” para los próximos cinco años y más. Me voy a tomar un té. Muy buenas.
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