LA CHISPA

AVALENTAR

16.08.11 – 00:10 –

CARLOS PAJUELO DE ARCOS |

Al “avalentaor” lo tengo conocido desde hace tiempo. Un término coloquial valenciano que parece ser una adaptación de avalar, empujar, tratar de conseguir mediante su intervención; sería una especie de conseguidor.

Explico esto con el ojo puesto en Rus, el actual presidente de la Dipu sona, a quien admiro sin pasarme, por su valentía de gestos que “ponen” a las masas y “desponen” a los encorbatados dirigentes del PP valenciano, inmersos en un discurso de austeridad y tasas.

Sostiene Rus que conseguirá un millón y medio de votos y además se los ofrece a Rajoy en plan “açi estic yo”. Muy bien. Y eso me recuerda algo que ya he contado en torno a aquellos que avalentan para conseguir algo.

Es el muy bien D.Fernando, o D. Alfonso, el “muy conseguida” refiriéndose a la dejada del jefe en un partido de tenis contemplado por algunos de sus subordinados.

Se trata, en el caso del “avalentaor”, de evidenciar el poder, de exhibir la capacidad de conexión al margen de la parafernalia del despacho burócrata.

Digo yo si será aquello de “se van a enterar”. Es posible que se enteren, que le den un caramelito al tiempo de una palmada generosa en la espalda pero las clases existen muy marcadas en el seno del “aparato” sea este pepero o sociata.

El pedigrí supuesto de la nomenclatura no soporta el éxito de otros y más si estos otros, como es el caso del Sr.Rus, no necesitan la política para vivir.

Yo creo que a Rus, sin conocerlo, le puede mover el hecho mismo del poder, la pata que le podía faltar para estar completo en su personalidad

El avalentaor existe en todo grupo. A manera de un líder se precipita ofreciendo más que nadie, sugiriendo el mejor sitio y presumiendo de su propio poder y del poder de la gente que conoce y de la que se apropia, cree él, claro.

Suele ser listo y aprecia la Universidad de “la calle” y percibe como nadie el peligro al acecho; como un perro de caza otea, huele el horizonte hasta que localiza el conejo tras la roca. Es la presa. Ojo al mordisco. Buenos días.