Cuando sentimos una sensación desagradable, una emoción, por algo que nos puede ocurrir sin tener claro el origen, ni el tiempo en el que eso ha ocurrido, ocurre u ocurrirá, es que tenemos miedo. El terror, la ansiedad son componentes de esta emoción.
Hay, como en todo, una clasificación relacionada con el miedo que es objeto de estudio e investigación por equipos multidisciplinares. Teólogos, psicólogos, médicos se ocupan de esta emoción y de sus consecuencias. Freud también se ocupó de esta emoción y él señalaba que existe un miedo real y un miedo neurótico. ¿Esbueno tener miedo? ¿Es normal tenerlo? Al margen de la clasificación actual sobre el miedo que distingue entre el miedo aprendido y el miedo profundo, yo creo que es bueno tener algo de temor, un poco de miedo. Podría servirnos para avisarnos sobre algo que puede sucedernos si hacemos esto o aquello.
En el campo de la salud el problema es importante.Lo es porque nos enfrentamos a elementos que no dominamos. Nuestro cuerpo aún siendo nuestro, propiedad del que lo habita, no termina de ser dominado or nosotros mismos.
Se diría que muere y vive al margen de nosotros mismos valga la metáfora o la posible contradicción.
Ese desconocimiento nos hace vulnerables y cuando aparece un dolor, un ‘extraño’, imaginamos que pronto moriremos o que vamos a quedarnos postrados en la cama por tiempo inmemorial.
La medicina que está para lograr que vivamos lo mejor posible, sin dolor y la mayor cantidad de tiempo posible, es la encargada en manos de sus médicos de aliviar el miedo o de hacernos entender el porqué deberíamos tener miedo.
Los médicos tienen un papel esencial en el cultivo o no del miedo innecesario. Yo siempre, si alguien me preguntase, les diría que procuren hacerse entender, que no hagan concebir falsas esperanzas o que no acentúen la gravedad de lo inevitable. Buenos días.