El derecho penal reserva en ocasiones giros sorprendentes que escapan al sentido común, a pesar de que se atienen estrictamente a la ley. Así sucedió ayer en la Audiencia Provincial de Alicante, donde, en el marco de un juicio por malos tratos, la Fiscalía y la acusación particular han rebajado de cinco años de prisión a 3 años y medio la petición de pena para el acusado por un delito de lesiones. ¿El motivo? Los tres dientes que le rompió a su compañera sentimental de un puñetazo no eran originales, sino un puente.(fuente: las provincias)
He llamado a algun@s para contrastar y resulta que muchos llevamos piezas dentarias que no son nuestras. Han costado una pasta gansa y por tanto leer estas noticias abruma, acongoja y da cierto miedo. Me hundo .
Ya no me refiero al maltrato a las mujeres- abominable como cualquier acción que se haga sobre cualquiera abusando de la fuerza e intimidando- sino a cualquier incidente en el que estén involucrados los dientes.
Eso me lleva a considerar el valor de las diferentes partes del cuerpo para cuyo valor hay , existe una tabla que usan las compañías de seguros,criterios muy interesantes.Un día me propongo escribir un cuento sobre esto.La crisis ha llevado a mucha gente a tratar de vender un riñón, por ejemplo.
Yo mismo que siempre- cuando era pequeño,más joven que ahora o sea hace mucho,mucho,pero mucho tiempo- había valorado mis atributos como el sumun del valor, llegué a mirar la tabla y observé el poco valor que tiene- desde el punto de vista de las aseguradoras- un testículo mío ( fíjense que hablo de mi y así no entro en fase ofensiva para nadie) vale menos que mi dedo meñique y así sucesivamente fui entrando en una depresión profunda que ha llegado a afectar a mi autoestima y ahora la he recuperado cuando he descubierto que, en efecto, mi testículo- es la edad, es la edad- no me sirve apenas para nada. No somos nadie.
Vuelvo a la pena por romper dientes. La cosa tiene una lectura surrealista.
O sea al parecer no importa que te peguen una somanta de palos hasta arrancarte los dientes sino que un perito al descubrir los dientes dijo-digo yo que dijo- ! ostras ! esta dentadura no es de esta señora o sí dice que es, que quede claro que siendo suya, no es suya de si, sino que es postiza aunque es suya. Que conste y se ve que constó.
Constó tanto que al tipo agresor se le han quitado casi un par de años de condena y digo yo que pensó. “Qué pena que toda la boca no fuera postiza porque igual la meten en la cárcel a ella y me tiene que pagar una indemnización. Buenos días