Cuando todo el mundo, el mundo que puede, se entretiene intercambiándose felicitaciones por la Navidad, por el Año Nuevo y por todo lo que parece que conviene felicitarse y todo el mundo, el mundo que puede, se dedica a hacerse regalos en plan ‘el amigo invisible’ y las risas llenan el aire, hay alguna personas- sin distinción de sexo, religión y raza. Que no pueden integrase.
Hay personas que sufren ansiedad y semuestran- cuando pueden mostrarse – tímidos en las fiestas sociales.
Algunos estudiosos han trabajado entorno a este tema y han generado una tabla de consejos. Así la Universidad de Ryerson de Toronto (Canadá) señala que: hay que mirar a los ojos del otro y sonreír, actuar de forma abordable y abierta a la conversación, unirse a una conversación que ya esté en curso- sobre todo si el tema está entre los temas que le interesa al ‘enfermo’ (lo entrecomillo porque esa ansiedad social es una enfermedad que hace sufrir a quien la padece y a su entorno más próximo), hacer preguntas y escuchar activamente.
La cuestión es que debe evitar dejar de ir a esas fiestas sociales porque si eso se convierte en una costumbre es probable que el temor se incremente y la ansiedad suba. ¿Y si es más que una fiesta social y se convierte en una fiesta del trabajo- que también es social, pero con un acentode mayor riesgo porque asiste tu jefe?
Aconsejan preparar bien el tipo de indumentaria preguntando a alguien que tenga experiencia en ese tipo de actos y sobre todo a alguien que hubiera estado ya en una de esas fiestas.
Salude a su jefe y hágase notar con discreción con objeto de asegurarse de haber sido visto.
Aconsejan más cosas. Yo creo que aconsejar es fácil porque lo difícil es tener que hacer lo aconsejado teniendo ansiedad social. No obstante le deseo lo mejor.
Buenos días.