El sonido inconfundible de un iPhone con el politono ‘marimba’ interrumpió la melodía de la Sinfonía de Mahler número 9, interpretada por la Filarmónica de Nueva York el pasado martes. El director, Alan Gilbert, hizo algo casi inaudito en una sala de conciertos. Al escuchar el sonido del ‘smartphone’ detuvo el concierto.
Sí a usted no le gusta el concierto del Sr.Mahler lo comprendo. Al Sr. Guerra un dirigente socialista muy conocido en su momento y hoy menos, le gustaba mucho y decía que el escuchaba mucho a Mahler y yo creo que , a lo mejor, presumía de exquisito. Pasa mucho. La gilipollez está muy extendida.Es un virus peor que al gripe.
Es una costumbre esa de no apagar el móvil bastante extendida y yo los he oído en funerales, misas varias, conferencias, presentaciones de libros etc. El gesto del director de orquesta me parece bien. Alan Gilbert ha demostrado ser más vehemente y obsesivo con la música y sus músicos de la Orquesta Filarmónica de Nueva York respetando su trabajo que el receptor de la llamada con sonido de “marimba”.
No he visto hacer lo mismo en los casos aquí referidos. El cura que no detiene la misa, el conferenciante que se queda mudo hasta que el transgresor se quita de encima el “sonidito” del intransigente móvil.
¿Es un atentado? En cierto modo si. No hay sangre pero puede calificarse de atentado.
Estamos en un comida, que es diferente a un almuerzo de trabajo que se llama ahora,aunque las viandas pueden ser las mismas y de repente el móvil del vecino de mesa, que ha quedado contigo y estáis hablando de la Revolución Francesa, digo, suena. ¿Qué hacer? “¿Farem foc o fuchirem?”. A veces dan ganas de dejarlo todo y marcharse. ¿Todo por un móvil? Puede que si.
Es la gota de la mala educación generalizada.
Hay mucha gente que te interrumpe y he llegado a la conclusión de que en realidad a la gente le importas nada- que es una manera de importar- y va eso que ahora los jóvenes y algún mayor llama “va a su rollo”.
Ir al rollo de uno no significa que sea uno un maleducado interrumpiendo, no dejando terminar al otro contar su historia personal. Hay que saber que la historia de uno, la personal es muy importante para ese uno y por eso, a lo mejor, se llama personal.
Por cierto yo si he interrumpido una clase y una conferencia por el sonido e incluso he animado a que atienda la llamada ante el silencio general. Eso fue hace tiempo, demasiado tiempo ya , quizás. Buenos días.
Nota: Haga usted que apaguen el móvil cuando estén con usted o márchese y vuelva otro día o más tarde. Perdonen, me voy porque me ha sonado el móvil y no quiero entretenerles.