El presidente de Ryanair, Michael O’Leary, ha remarcado que en cuanto las autoridades aeronáuticas declaren que es seguro para los pasajeros volar de pie, su aerolínea “tardará una semana” en instalar en sus aviones asientos verticales, a precios más económicos que los normales.

Los vientos de austeridad que pasan por la  Europa fría siberiana han congelado las ideas de las compañías de aviación y alguna nos deja helados como Spanair de la que nadie es culpable. Nada nos impide volar de pie, pagar por usar el servicio, por llamar para reservar un asiento e incluso por hablar,digo, con una azafat@ que no sea de tu nacionalidad – es el coste por interprete. El irlandés errante O´Leary se ve que se la sabe todas y está dispuesto a sacar partido al tubo cabina del avión. Quier vendernos la idea de volar de pie.

No sabe este Michael que nosotros somos hijos, entre otros orígenes de diferente pelaje, de algunos miembros de la División Azul – un numeroso grupo de voluntarios, semivoluntarios que se fueron a Rusia apoyando a Hitler- que cuando llegaron a Alemania se llevaron la sorpresa de no poder ser transportados en trenes en ese momento por la logística de abastecimiento a los frentes. Bien.

El general al mando dijo que nosotros nos íbamos andando y ahí que se fueron. Algunas abuelas polacas de hoy puede que recuerden a la luz de las llamas de una chimenea a aquellos españoles que hacían el amor como nadie y robaban gallinas igualmente para comer mejor. La vida austera forma parte de nuestra pequeña historia y por tanto el irlandés debe consultar con nosotros- nosotros somos capaces de cambiar la Constitución en un pis pas y poner ahí el techo de gasto como si nada. Yo creo que las latas de anchoa del Cantábrico,por ejemplo, son un ejemplo a seguir a efectos de uso máximo de la cabina-tubo del avión.

Adiós a los viajes balineses con bell@s azafat@s que te ofrecen exóticas viandas al son de músicas de Extremo Oriente. Se acabo el viaje en superprimera y ahora pasamos al viaje cutre. “No hace falta que se siente no vale la pena. Vuele de pie con nosotros y se ahorrará tres peniques y medio”. Me quedo en casa o me voy andando. Buenos días.