“Dos tercios de los españoles han tenido alguna disputa con sus vecinos en alguna ocasión por motivos como el ruido, el impago de derramas o los animales domésticos, entre otras causas, según un estudio que CPP ha realizado para averiguar los problemas vecinales más comunes.” (fuente europa press)

El caso es que según este  mismo estudio hecho en el Reino Unido el mosqueo con el vecino y su conflicto correspondiente cae al 50 %. ¿Será por la llamada “sangre caliente” que siempre han dicho que teníamos, porque la crisis nos ha hecho más sensibles’?. Se lo pregunto a una amiga mía y ella, socarrona de signo Capricornio, me descubre que aquí no tenemos el temible Hyde Park , ni está de moda Hyde y Jekill. Puede ser.

Todo esto se me ocurre porque asistí como mero espectador a una discusión porque un “nene” de 25 años o más, quien sabe, tiró a los pies de otro un troc de bac- ¿se escribe así?- y aquel tipo, el que recibió el susto se puso echo una furia tras el consabido salto panicoso, el insulto mencionando a las madres en general y a la del echador de trocs en particular.

Todo ello se animó porque al oír el trueno un perro, sin bozal, de tamaño medio tirando a grande, casi se le escapó de la cincha, de la cuerda o de lo que sea a una señora que no podía dominarlo. A la sazón un ciclista que iba por su acera tocando el timbre-pito tuvo que frenar ante el altercado al que se había sumado una señora que venía del mercado con su carmela y a quien en el alborto algún listo había afanado su bolso que colgaba de la mencionada carmela.

Todo en cinco minutos y la gente se arremolinaba y comentaba que estamos en fallas, que no se tiene paciencia y que parece mentira que con lo “grandot” que era el tirador de trocs fuera por ahí asustando gente.

Otro decía que: “si no le gustan las fallas que se vaya a otra parte” y otra decía” huele a meados la zona centro que mucho “mingitorio portátil cuando lo del papa y ahora si te he visto no me acuerdo” Menos carpas y mas mingitorios. El “follón” era de tal calibre que empezaba a parecer el comienzo de una manifestación de esas que ahora se hacen todos los días y entonces vino un “local” que pasaba por allí y decidió que era una cuestión de vecinos en plan discusión y que lo mejor era no intervenir y yo le alabo el gusto.

Al final un lío y además parece que no les pagan las horas extarordinarias. ¿A quién? A quien va a ser; a los “locales” que mucha guardia pero luego a la hora de sacudirse la pasta, el Ayuntamiento no está ni se le espera.

¿Los de la primera discusión dónde están en este relato como la vida misma? Se han ido tras intercambiarse unos insultos de nada.

Hay que tener paciencia y si usted vive en planta baja o un primero le deseo la suerte que tengo yo.Mis vecinos son pocos, bien avenidos y no tengo problemas con ellos.Son buenas personas aunque yo también. Estoy seguro que si pidiera un poco de sal o aceite, como antaño, no me lo negarían. Me voy al centro. Buenos días.