La piraña y el siluro. Hablo de peces y no de otros
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Albufera-Pekín,
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Pekín 1 julio (EFE).- Dos vecinos de una localidad del sur de China fueron atacados mientras nadaban en un río por pirañas, un pez oriundo del Amazonas suramericano, un suceso que ha sembrado la alarma en la zona y ha reactivado el debate sobre la presencia en el país asiático de especies invasoras, informaron los medios chinos.(fuente: Las Provincias)
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Entre el siluro y la otra especie, cuyo nombre no me sé ahora, que parece que nos ha invadido el lago de La Albufera, no ganamos para sustos.
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Aquellos que amamos la armonía y el equilibrio en general y sobre todo en particular, es decir nos gusta vivir con cierta serenidad el devenir fatal de los hechos, nos perturba que algún desaprensivo cansado de tener su siluro particular o su piraña privada decida soltarla al albur o sea en un río de China o en un lago de Valencia un contra natura.
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¿Contra natura? Quizás no sea eso cierto porque los “animalitos” sobreviven y actúan, como podrán apreciar los ciudadanos chinos que alegremente saltaban entre la corriente del río hasta sentir el mordisco de las pirañas que solo eran tres y una de ellas incluso mordía matando.
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Una vez el bañista chino estuvo ya en tierra uno de sus brazos presentaba una extraña prolongación y no era sino la piraña que seguía mordiendo, se la quitó con una piedra y todavía en el último estertor mordió a un compañero del bañista (supongo que sería chino también).
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¿Y el siluro? ¿Qué hace el siluro? Por lo visto se come a los otros peces y alcanza un esplendido tamaño, un tamaño parecido al de un tiburón discreto y supongo que eso será consecuencia de comer todos los días una ración abundante y sana, para el siluro, de pescado fresco o sea vivo.
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Sucede con todo esto que la preocupación de los pescadores que se ayudan o viven de la pesca aumenta. Ven en un horizonte no muy lejano que el “banco” de peces disminuye y se declara en quiebra técnica. En este caso no hay Fondo europeo de rescate lo que hay es “que se acabó”.
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¿La culpa? No la tendrá ahora el Gobierno este o el anterior. ¿No?
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A lo mejor la tienen los papas, las mamas, las abuelitas, los tíos carnales, los pretendientes obsequiosos que llegan además de con flores con unos exóticos envoltorios con agua, unas bolsas “ad hoc” con un bello, o varios, pececillos nadando alegremente y una nota verbal de “para que no estés sola/solo o solito/solita” según el caso.
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Un llamamiento se hace necesario. No haga usted regalos que luego acaban en el río o en el lago que al final me está perjudicando usted mi armonía íntima, natural. Buenos y naturales días.