Yo acato (Columna sobre papel hoy Las Provincias)
He estado fuera unos días y con el ánimo poco presto a enredarme con la telaraña de las noticias, pero aun así y todo, se puede estar dentro, dentro de lo que cabe, a la “page” de lo que se cuece y dicen que se cuece.
He visto la lagrima a punto de caer sobre las mejillas coloreadas de una afición de 11 millones espectadores y ese 5 a 1 ha golpeado la conciencia de pre republicanos. monárquicos de Juan Carlos y monárquicos del que será en horas Felipe VI y que no son los mismos.
La cadena 1, paraestatal, coloca día sí y día no el casi biopic de un reinado pleno de aciertos y de un sucesor que se ha estado preparando constantemente. Debe ser a manera de aquella lucecita que nunca se apagaba en la ventana aérea de El Pardo. El Caudillo nunca dormía , se ve. Debería tener el mismo problema que tengo yo: es el de mal dormir o de dormir a fragmentos. Sueños fragmentados como los de ahora.
Es la premonición de la derrota y no creo que aquí valga la llamada asamblearia de “a por ellos ” o el más reciente ciber marxismo de clase, contradictorio, del invitado permanente de la cadena 4 : el Sr. Iglesias.
He estado al día de los diferentes modos de jurar de los nuevos y resplandecientes europarlamentarios. Jurar con el austero, disciplinado voto del más que sexagenario ex fiscal anticorrupción el Sr. Villarejo.
Con su “si, prometo” simple y contundente basta. Sin paliativos, que surge de quien se ha ajustado a la “lex” sin interpretaciones futuristas, y para algunos de ciencia ficción o de clase teórica en la Universidad como podría interpretarse como un brindis al Sol.
Aquellos que dicen en el juramento : “que acatarán la Constitución hasta que el pueblo la cambie” dicen un lo mismo que el ex fiscal y lo adornan con un farolillo – faro de una esperanza constitucional nueva que solo debe salir de las urnas. ¿No?
¿Se trata acaso de una señal revolucionaria escondida en el recoveco de un juramento? ¿Nos encontramos de nuevo ante unos jacobinos emboscados en un concepto nuevo llamado “la gente” o por extensión “el pueblo”?