Borja y Tita
Según confirman a Vanitatis las mismas fuentes, la nueva vivienda está situada en primera línea de playa, tiene una superficie de unos 350 metros cuadrados, está dividida en dos plantas con un total de tres dormitorios, salón, comedor, cuatro cuartos de baño, aseo, terraza de unos 90 metros cuadrados con vistas al mar y al pueblo de Ibiza y plaza de garaje.(fuente: gema lopez en Vanitatis/El Confidencial)
No estoy yo por rasgarme las vestiduras por el posible coste de la casa. Se sabe que no pago yo y se sabe que tampoco pagaré 800 euros mes por darme un Spa con famosos de toda condición artística , financiera, futbolera o marquesera (de marqués) y algo en común : tener “los dineros” para poder comprarse la casa, mantenerla y tostarse al Sol del Meditarranéo ibicenco. ¿Entonces?
Nada. Al final de la noticia surge la posibilidad de que madre e hijo encuentren la paz familiar y allí surja una reconciliación que todos esperábamos con secreto anhelo en lo más íntimo de nuestro sentimental corazón.
Los columnistas afrontamos el verano con algunas clásicas “serpientes” para distraer al personal y yo llevo años observando, leyendo en el couché, que si si o si no esta madre y este hijo venían a menos o a más, que si la herencia , que si la mujer. Estaba nervioso.
Hoy me hago eco y pongo en común el asunto. Yo quiero la paz mundial, quiero el destierro del hambre y de la guerra ( en plan Jinetes del Apocalipsis)pero la cosa no termina de ir, de forma que deseo que ustedes me comprendan, que compartan la alegría que supone que nos digan que Borja y Tita puede tomarse un cocktail en sus 90 miserables metros de terraza frente a la mar. !Ah! el mar , la mar!.
Oiga, me dicen, usted es un envidioso que no se lo salta un torero. Mucho de los niños, de la guerra y… no siga. Confieso, si señora. Yo envidio y envidio mucho y me desahogo. Como no puedo hacer nada por lo menos que el chico y su mamá que se hablen, por favor. Bon jour .