1000 oficinas
¿Qué pensar de alguien que compra de repente 1000 oficinas como quien se zampa un sándwich?
Esta trama de los Pujol que ahora nos estalla – cerca del 9 de Noviembre , y de la prueba de la agitada maniobra de Mas en torno a la independencia – no deja de llamarme la atención.
Me la llama no solo por su componente de apariencia política , sino por el mismo hecho de que alguien , nacido en el seno de una familia de clase media de cuyo apellido se desprende un aroma de autenticidad catalana , nacionalista y seny , llegue a manejar unos cientos de millones de euros como manejo yo el bonbus.
¿Es la avaricia mezclada con la cara dura lo que hace que estos personajes se muestren como si fueran descendientes directos de José María el tempranillo?
¿Son a manera de reyes Midas que todo lo que tocan lo convierten en oro?
La avaricia es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. Esa práctica sistemática supone , incluye necesariamente,
deslealtad , traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar , el manejar en beneficio de uno información sensible .
El conjunto de individuos que , haciendo caso omiso , no solo de la moral más simple y más allá del ámbito privado, necesitan ser observados en las clínicas especializadas.
Es probable que yo llegase a entender con un esfuerzo creativo gigantesco las manías de los artistas que se hacen remodelar sus habitaciones cada vez que cambia la estación metrológica.
Yo a estos Pujol- saga los he visto siempre levantando el dedo índice de la admonición , dando lecciones de profundo nacionalismo y aferrados a su barretina como a un salvavidas. Ahora lo comprendo.
En mi ingenuidad de esteta podría llegar a comprender que uno quisiera una oficina distinta todos los días hasta completar el ciclo anual de 365.
Tener una oficina diferente cada día de la semana. Ni la propia “guache divine” en sus delirios de pura estética pija soñaría esto.
Pero oiga “nen” 1.000 son muchas oficinas , por no descender al Hotel “mercado” con dineros de las Islas Vírgenes.Yo quiero ser hijo de Pujol