EL POLIAMOR
Hasta días antes de las elecciones todos los candidatos se mostraban heterospoliticos y no se mostraban en absoluto como potenciales bipolíticos e incluso practicaban una cierta sodomía intelectual para con el adversario, llegando a mostrarse claramente tabernarios en algunos espacios y tiempos en los que la televisión nos los ha dejado ver en “pelota videopicada” a instancias de un “Ad major gloriam audientia” para que los tributos publicitarios sonaran más cuantiosos y mejores que nunca.
Pero héteme aquí que el resultado final de este encuentro liguero de a ver quién es el primero, el que ha ganado, no queda del todo claro, pese a que los números cantan, pero no cantan bastante y eso parece obligar a un posible cambio de fidelidad y de pareja y las parafilias o desviaciones de la norma empiezan a aparecer como algo natural siendo la coartada perfecta el concepto de “gobernabilidad”. cosa cierta y seria por la que cada uno está dispuesto a practicar un a modo de “bajada de pantalones” – frase acuñada estos días por el “astut” Mas en la querida Catalonia o Valencia del Norte.
¿Estos escarceos previos a la conquista orgásmica del poder han sido sancionados por el Presidente de Honor del PP, el indomable, al decir de muchos de sus seguidores, y ceñudo Aznar? Me refiero, si a aquel que hablaba catalán en la intimidad y ahora sigue hablando en inglés para honor y gloria de sus negocios privados.
De momento se ha dejado caer por el partido tras cinco años de exilio voluntario y ha dicho “hágase un congreso” como se dice “hágase la luz y la luz se hizo” e incluso quizás haya hablado a sus seguidores de la necesidad de unas primarias. El tiempo debe haber servido para sustituir el “dedazo” divino de su santa mano por el “urnazo” para, finalmente, intentar cambiar a un díscolo, al parecer, que comete el pecado original de decir que quiere seguir. Es la rebelión del ángel caído.
Estamos a las puertas de morder la manzana y de caer del guindo(yo creo que el guindo era el árbol del paraíso) o sea que se acabaron las mayorías absolutas y aquí los decretos serán “simeonicas”. Partido a partido. Muy buenas.