- LA MANO EN EL FUEGO
- 2. En pleno debate sobre si este o aquel partido o grupo votará a favor o en contra de tal o cual, empieza observarse cierta renuncia o timidez a la hora de declarar, ante la pregunta “inocente”, acerca de si pondría la mano en el fuego por fulano e incluso por sotano .
- 3. Un fulano o un sotano que podría ser el hermano de uno, el cuñado o el enemigo emboscado del propio partido.
- 4. He pensado en hacerme yo mismo la pregunta: ¿Pondría yo mi mano en el fuego por mi mismo?.
- 5. Profundicemos, en el origen del concepto. Antes eran muy aficionados al llamado “juicio de Dios” y aplicaban la llamada Ordalía que, decían ellos, era una especie de mandato divino destinado a probar la inocencia de alguien mediante el sistema simple de sostener unos hierros candentes con las manos o introducir la o las manos en una hoguera.
- 6. Si el sujeto salía con pocas quemaduras, o poco chamuscado, se consideraba inocente y en caso contrario la liaban parda, por haber sido declarado culpable al ver, como es natural, las manos abrasadas.
- 7. Habría una escala de quemaduras, supongo, dependiendo de quién juzgase. ¿No?
- 8. De momento he repasado mi propia y nutrida, por el tiempo transcurrido, historia y hay pasajes de los que me arrepiento. Son “pecados de juventud” , y algunos dedos quedarían abrasados y con la Ordalía citada… creo que me condenarían.
- 9. Sin ir más lejos ahora me estoy encendiendo un ligero puro con un contundente mechero Zippo, regalo de mi amigo Fernando, y me he pegado un quemazo de tres pares de dedos. Soy torpe y culpable.
10. Comprendo que con la que está cayendo quieran cambiarle el nombre al PP y comprendo que el Sr. Iglesias se enfade porque no le dejan ser vice o poner a algún amigo como ministro del Interior, por Venezuela e Irán que no le salpique y le queme las manos y puestos a comprende llego hasta Sánchez , tan contento , ahí en plan “presidente in pectore”
11. No ponga usted la mano en el fuego. Se lo dice un experto. No lo haga, porfa.