EL ALEGRÓN
A mí el Sr. Sanz, el cantante, me cae bien . Tras una intervención en Méjico, suspendiendo el concierto porque entre la masa de fans había un “machito” que mostraba sus aguerridas garras a una mujer, se supone que era la suya por aquello de “la maté porque era mía”.
El cantante, además de suspender el concierto, bajó del escenario y finalmente expulsaron al maltratador.
Digo esto porque a partir de ahora el Sr. Sanz pasa a llamarse, para mí, D. Alejandro.
Lo digo en plenitud de mis facultades mentales( dentro de lo que cabe, claro) porque el Día de la Dona, con sus matices todos, yo no estaré sobre el papel de este honorable diario y es preciso dar testimonio y hacer justicia para que se siga el ejemplo de este cantante del “corazón partido”.
Y ahí estamos con eso del corazón partido porque acabo de leer, en el mismo honorable diario, o sea este, que cuando tienes un noticia brutal amorosa o dolorosa puede producirse un problema serio en el corazón y por llamarlo raro los médicos lo llaman” Takotsubo,.
Yo aconsejo que si ustedes tienen algún problema de estos y han de llamar al 112, Dios no lo quiera, digan los síntomas , esos del dolor en el brazo etc.
Uno está , en estos días de zozobra politicocontitucional, con la emoción subida.
No solo son los cortes de tráfico por carpas, pasacalles y tracas a destiempo. Hay otras cosas. Por ejemplo la firmeza con la que la Infanta defendió la inocencia de su espigado, desmemoriado y cara de no haber roto un plato de su marido- el ex-duque que no ha dudado en culpar, con la misma cara que dijo que era inocente ante los medios.
Culpa al servicio doméstico del uso indebido de una tarjeta de crédito que más que Black, era tintada con la estupefacción del respetable.
Luego el recordatorio de “la cal viva” del profesor, asesor, presentador y diputado.
!Ay! Pablo si echáramos mano de los recuerdos famulares podríamos llenar las páginas del desparecido “El Caso”. ¿No crees?
¿Se sabe algo, por cierto, del asunto Pujol y la herencia de su papá? Los papás lo dan todo dinero y memoria.