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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

EL OMBLIGO DE LA BARONESA

EL OMBLIGO DE LA BARONESA

        Hubo un tiempo en que la baronesa, estaba entonces en el poder del consistorio madrileño el Sr. Garzón, se opuso a la pretensión de ampliar el Paseo para coches a costa de arrancar árboles , y hasta llegó a atarse a uno  del Paseo del Prado por mor de evitar su tala. Una baronesa en pie de guerra. La victoria la acompañó y se hizo más popular

        Como es natural , dada su biografía se sabe que no es tonta. Buscaba un árbol cerca de su casa, el Museo Thyssen, y supongo que lo haría tras un desayuno “as hoc” y se corrió la voz.  Las gentes del lugar y otros acudían a ver el espectáculo y muchos se hacían fotos y hasta los diarios se hicieron eco del acontecimiento social.

        La buenas familias de la nobleza y de la estirpe rancia no gustarían de ello y sus huesos se revolverían en un traqueteo infernal.

        No gusta al personal con apellido que los suyos ofrezcan espectáculo – salvo en bodas de relumbrón, catedral y cortijo . El Paseo del Prado es para pasear y no para atarse, dirían. Y luego la baronesa en sí misma es baronesa, pero menos.

        Se dice que ahora Marbella empieza un periodo de decadencia del lujo y algunos visires han trasladado palacios y gentes al vecino Tánger. Es un ciclo.

        Yo me lo temía y por eso me negué en su día a construirme allí un ático…además de dónde.

        Por eso se ha visto, digo yo, a la baronesa pasear por la Costa Azul. Lucía sus 72 años con prestancia y alguna “carne” caída y bajo su pamela una rotundas, amplias y modernas gafas le ayudaban a disimular el rostro y supongo que trataría de pasar desaparecida la ex –

        La Ex miss España  exhibía unos abundantes pectorales al crepé y su ombligo es redondo o cuasi y se parece bastante al del resto de los mortales.

        Los periodistas de la cosa rosa se hacían lenguas, y luego papel,  con la supuesta depilación a la brasileña que le permitía situar un cuasi tanga delantero en orden de ser contemplado a la Pamela Anderson en su día.

        Yo defiendo a esta señora, devenida en baronesa, por sus exquisito gusto exhibidor en su Museo y la felicito por su restaurante a la luz de las estrellas conforme sales del Museo a la izquierda y la animo a que bordee la Costa Azul a sus 72 años bikineros y no le tenga miedo a sus estrías, a sus surcos y a lo que sea.

        Se es o no se es.

         Es que, mamá – digo que dirá alguien-  No es una edad y con su titulo.

        Nada hija. Eso son bobadas.  Ahí  tenías a la Duquesa de Alba que a sus años…

        No compares.

        ¿Entonces?

        No. Nada son cosas del verano y de la inanidad misma y a mí no me preguntes más que yo soy inerte.

        Querrás decir incompetente.

        No . Me confirmo como inerte. La incompetente serás tú.

        Como la cosa da para más, les paso a ustedes la continuación de la charla. ¿Lloverá hoy?.

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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