LUZ AL FINAL DEL TÚNEL o LA NASA ME LA DA
La Nasa me ha tranquilizado a primera vista y me ha quitado de golpe la culpabilidad sobre el exceso de tiempo consumido con agua caliente cuando me ducho y cuando circulo en un superatasco como el de ayer en Valencia y cuando se me pasa la hora valle de la compañía que siempre tiene razón.
Diversas riadas de serotonina – siempre recomendadas por psiquiatras y adláteres – se han abierto camino por los millones de células sin usar de mi cerebro humano y a poco que puedan por los diferentes grupos de animales que llenarán a buen seguro las naves astrales en una huida nueva en modo Noé y su arca.
! Ah! y Hollywood hará una película del momento del despegue y la llamará “Novanave esperance” en un alarde de creatividad semántica.
Ha sido un viento de esperanza, una lluvia de refresco en un tiempo de sequedad del alma ahora que la Antártida está más delgada cada día.
Hay 7, el número mágico por excelencia, planetas ahí afuera esperando una visita terrícola. Seguro que Mr. Tremp, que es más rico que yo, irá antes y de momento la NASA, que debe necesitar dinero a espuertas, ha visto ahí, en esto de los planetas nuevos, una fuente de ingresos pentagonales.
Pronto se abrirá una lista y los más dados a la risa a costa de los políticos estarán montando sus monólogos y los memes surgirán como los champiñones tras la lluvia en el bosque.
Ahora viene un concurso, seguro, de alguna marca para nominar a los planetas y los platós se abrirán a Salvames vestidos de astronautas.
Yo estoy contento y lo iba a escribir en francés pero no quiero pecar de pijo y que tampoco se me vea el plumero por si falto en una coma y al leerlo mi compañera María José me suspenda.
Sigo leyenda la Nasa news y mi gozo en un pozo. Estamos “solo” a 40 años luz de nada.
“Osti” diría yo si fuera Puigdemont, el catalán que habla español centralista en sus reuniones secretas como antaño Aznar con el catalán, que dicen que se entrenaba con ·Els segadors” en el baño. Mientras hacía abdominales. ! Que tío”.
No me creo nada.
La cosa más rápida que conocemos es la luz, la cual viaja a una velocidad de 186,000 millas o 300,000 kilómetros por segundo en el espacio vacío. Para tener una idea de qué tan rápido es esto, ¡la luz puede viajar siete veces alrededor de la Tierra en un segundo! … la galaxia grande más cercana, Andrómeda, está a 2.3 millones de años luz de distancia.
Solo de calcular lo de los 40 años me canso. No creo que vaya yo en la expedición, así que me borro de la lista. Uno menos.