>

Blogs

Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

EL PEDO DE AURORA

EL PEDO DE AURORA

         Hace unos días me ha llegado, a través de wassap, una noticia que no sé si creérmela; de momento la pongo en duda.

         Un juez de violencia de genero ha culpado a un marido, tras la pertinente denuncia de la esposa, de atentar contra la dignidad de ella porque, por lo leído, tras una discusión genuinamente matrimonial por cualquier cosa, él se dio la vuelta, cansado del asunto, y al irse se le escapó una ventosidad de considerable estruendo, digo yo, que terminó de alterar la psiquis de ella que, ni corta ni perezosa, presentó una denuncia alegando, supongo, burla, escarnio etc.

         Fue admitida a trámite y ahí estamos.

         Eso me hace reflexionar sobre el nivel de sensibilidad que se muestra a día de hoy y me lleva a cuando yo me pegaba patadas importantes por debajo de la mesa en la escuela con un compañero de Alboraya, que a su vez me las devolvía con pericia sin igual de cuyas patadas se me han reforzado los tobillos.   

         Nadie entonces pensaba que aquello era acoso escolar y entonces cuando Doña Vicenta- mi querida maestra- nos descubría nos imponía un castigo de mayor permanencia o nos dejaba sin recreo, momentos que aprovechábamos para seguir dándonos patadas. Se ve que era la escuela de la vida.

         El titulo de esta columna tiene que ver con un cuento escrito por mí a raíz de un suceso real, un “sucedido” en un ascensor que terminó con una posible historia de amor entre dos jóvenes vecinos.

         Ella tenía una cierta aerofagia, quizás por el consumo excesivo de judías de El Barco de Ávila, digo yo, con chorizo y a él se le cayó el alma a los pies cuando asistió, como espectador único, al escapa biológico de Aurora.

         Nunca más coincidieron y pronto ella desapareció de la finca habiéndose truncado una posible y enternecedora relación.

         Con aquel pedo se frustró, creo, una historia que hubiera cristalizado en el incremento poblacional y al tiempo todos perdimos a dos posibles contribuyentes (que son los hijos que yo les atribuyo por gracia del que escribe).

         Hay que mantener pietro el oscuro  agujero final de nuestras veleidades gastronómicas y evitar compartirlo.

         Lo de contigo pan y cebolla tiene sus limites…se ve.

Temas

Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


marzo 2017
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031