¿MORDAZA O BOZAL?
Las Provincias hoy digital y papel
Mucho presumir de democracia, mucho rasgarse las vestiduras, pero cuando a algún “jefe” le salta a la cara un medio, o varios, dando cuenta de lo que se cuece en los papeles judiciales y su contenido no es favorable, la espuma del amor propio, la razón de Estado, la violación del secreto, la separación de poderes y hasta las garantías ciudadanas, se constituyen en armas de artillería de largo alcance para procurar acallar esas voces.
Los “jefes” de la trama – lo digo en singular porque todo es una trama – quieren asegurarse el silencio, la ormertá y no se les ocurre, hijos míos, nada más que inventarse un muro legal e incluso se atreven a pedirlo para poner freno a la noticia o para endulzarla a conveniencia. Se trata de pastelear.
¿No sería mejor que pusieran más freno al llamado corrupto de hoy? Por cierto ayer y anteayer recibía el nombre de ladrón.
Era frecuente que el dictador de turno, en cualquier país sometido a la bota militar, cuando recibía noticias que no eran de su agrado solía liquidar al mensajero y es más enviaba, debidamente encestada ,su cabeza para que fueran tomando nota y esa práctica de ida y vuelta despejaba el campo de cabezas.
Aquí no hay problema. Ni matan, por fortuna, ni dimite, una pena, nadie.
Como, de momento, no estamos en la Edad Media – aunque existen razonables indicios que apuntan hacia destinos parecidos, a juzgar por los titulares que nos ofrecen las diferentes instituciones se apunta hacia la posibilidad de forzar más si cabe la Ley Mordaza.
Si uno llega a leer a Quevedo, pongo por caso, se dará cuenta de los permisos eclesiásticos, reales etc. que se necesitaban para imprimir una obra. Tengo a la vista El Buscón y hay que verlo.
A lo mejor un arma legal deseada sería aquella que hiciese pasar la noticia primero por un equipo de censores y mediante diferentes escalones y sellos podría uno publicar esta opinión, digo, o cualquier otra, 25 días más tarde o nunca.
Pronto surgirían los libelos y ahora que está de moda Francia aquí pasaría como en vísperas de la Revolución Francesa. Dejemos que cada uno cumpla su papel.